Los Mossos d’Esquadra han desmantelado dos plantaciones de cáñamo en el Camp de Tarragona con cerca de 30.000 plantas y cogollos. Se trata del primer desmantelamiento de una plantación ilegal de este tipo en Cataluña, el cual ha terminado con dos hombres detenidos y otras dos personas, un varón y una mujer, denunciadas penalmente.
Según informa la policía catalana en un comunicado, la intervención se llevó a cabo el martes pasado después de conocer en mayo que una empresa con sede en la Selva del Camp iniciaba una explotación de cáñamo industrial en una finca de Vila-seca (Tarragona). Los agentes sospecharon que era para obtener cogollos para, después, transformarlos en cannabidiol (CBD).
Más de 41 toneladas de plantas
Tras estas sospechas, los Mossos entraron el pasado 28 de septiembre en ambas ubicaciones y descubrieron que estaban en lo cierto. En la explotación se intervinieron 10.000 plantas de seis variedades de cáñamo distintas, que en conjunto pesaban más de 41 toneladas.
Por su parte, en la sede de la empresa se encontró un laboratorio con una prensa y casi 40 kilos de cogollos en polvo, así como 3.000 euros, básculas, documentación varia y muestras de marihuana.
Sin el permiso necesario
Tras estas dos entradas, los agentes descubrieron otra plantación que se encontraba ubicada en Mont-roig del Camp (Tarragona). Al acceder a ella, localizaron entre 15.000 y 20.000 plantas más, que junto a las de la otra finca suman cerca de 30.000 bajo la responsabilidad de las mismas personas.
Este tipo de plantaciones están permitidas para determinados usos bajo previa autorización, pero la policía corroboró que los investigados iniciaron la actividad sin haberlo comunicado antes a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Así pues, en este caso no disponían del permiso que otorga la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, por lo que incumplían la ley.
Posible crimen organizado
Después de estas actuaciones, la policía catalana detuvo el miércoles al responsable de las plantaciones y al de la empresa que las gestionaba. Se trata de dos hombres de 50 y 62 años, nacionalidad española y vecinos de Vila-seca y la Selva del Camp, respectivamente. Ambos están acusados de un delito contra la salud pública, cargos que también se imputan a otras dos personas que han sido denunciadas en relación a los hechos.
Al ser la primera vez que se desmantela una plantación de cáñamo industrial para prácticas ilegales en Cataluña, los cuerpos policiales han llegado a pensar en la implantación del crimen organizado en esta comunidad. Esto se suma a la preocupación de los mismos por la proliferación de plantaciones de marihuana en el territorio, que cada vez es más frecuente.