Un cambio de mentalidad que permita recuperar la ciudad. Es la idea del presidente de la asociación Amics de La Rambla, Fermín Villar, que lanza un claro mensaje a la alcaldesa Ada Colau: “Hay que tener menos miedo al orden público”, señala, al recordar que los botellones en la plaza Reial fueron recurrentes en el pasado y que las entidades vecinales advirtieron de ello en el distrito de Ciutat Vella, sobre todo respecto a la venta ambulante de alcohol. “No se hizo nada por cobardía política”, afirma Villar.
La asociación considera que La Rambla se ha descuidado por parte del Ayuntamiento, y que se debería ahora, tras los incidentes de los últimos fines de semana, en distintos puntos de la ciudad, “tener menos miedo al orden público”.
Villar muestra su preocupación por un proyecto que se ha ido demorando en los últimos años, como es la reforma de La Rambla, un emplazamiento clave para la ciudad y para reformular un tipo de turismo que ha dañado la imagen del propio sector. La previsión de Villar es que la reforma del paseo no se incluya en el presupuesto de 2022, tras cinco años de retraso. Y que, por tanto, se retome el proyecto en la próxima legislatura, a partir de 2023.
Cambio drástico en Via Laietana
El Ayuntamiento que dirige Ada Colau tiene otra propuesta que podría pasar por delante, como es la reforma de Via Laietana. El Ayuntamiento, según Villar, justifica esa demora en La Rambla por un “problema administrativo con el Ministerio de Defensa y la Generalitat”, pero hay otra cuestión de fondo. “Nuestra sensación es que es más fácil y más vendible Via Laietana que La Rambla”, a juicio de Villar, en referencia a la transformación de esa vía, que tiene como objetivo ampliar las aceras hasta cuatro metros en toda la calle y solo dejar que el tráfico privado sea de bajada con un carril limitado a 30 kilómetros por hora.
¿Una cuestión de oportunismo político? A juicio de Villar si el Ayuntamiento tuviera el valor de hacer rápida la reforma de La Rambla sería una herramienta electoral a favor: “Pero ellos ven más los riesgos que las ventajas electorales”. Xavier Trias, según el presidente de la entidad, no aprobó la reforma en 2015 por conveniencia electoral, y Ada Colau seguiría ahora esa estela.