Miles de personas (90.000, según la organización; 10.000, según la Guardia Urbana) se han concentrado este domingo en Barcelona para protestar contra la ampliación del aeropuerto de El Prat, un proyecto que pactaron el Gobierno y la Generalitat el pasado 2 de agosto, pero que ahora mismo ha quedado suspendido, por lo menos, durante cinco años. El empresariado catalán reclama el agrandamiento de la infraestructura.
Los manifestantes, convocados por la plataforma Xarxa per la Justícia Climàtica y Zeroport, han ocupado la calle Tarragona, entre la plaza Espanya y la Estación de Sants, adonde han acudido hasta 50 columnas de distintos puntos de Cataluña. Los concentrados llevaban pancartas con los mensajes Més carbassons i menys avions (Más calabacines y menos aviones), El territori diu prou (El territorio dice basta) y Sí a La Ricarda, entre otras.
CUP, ERC y comuns
La marcha, apoyada por hasta 300 entidades, también ha contado con la presencia de personas del entorno de la CUP (como Eulàlia Reguant); de ERC (como Raül Romeva), de Más País (Íñigo Errejón) y de los comuns (como Jéssica Albiach, aunque la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lo ha visto desde casa). Ningún miembro del Govern ha acudido finalmente a la manifestación.
El motivo inicial de la protesta era la defensa del planeta, ya que la ampliación del aeropuerto, según los asistentes, llegaría en un momento de "emergencia climática". Además, afectaría a los espacios naturales de La Ricarda y del delta del Llobregat. Sin embargo, el acto ha derivado también hacia la feroz crítica al sistema económico, al modelo capitalista actual.
Contra el modelo económico
Desde Zeroport, la portavoz, María García, ha tachado a la Generalitat y al Gobierno de irresponsables por avalar el proyecto, y ha abogado por "aparcar este tipo de políticas obsoletas y plantear los retos" actuales, como el empleo digno, el derecho a la vivienda, la reducción de emisiones contaminantes y un cambio de modelo económico.
La filósofa Marina Garcés ha añadido que no están en contra de los aviones, sino del uso que se les da, que, según ella, potencia el enriquecimiento de unos pocos e impulsa el turismo masivo, en lugar de tener una función, por ejemplo, de cooperación. Otros, como Jaume Osete, de Xarxa per la Justícia Climàtica, se han referido a los apoyos a la ampliación como "negacionismo climático". Su compañera Joana Bregolat ha advertido al Govern de que el proyecto "no es negociable".
"Un coronavirus climático"
Osete, asimismo, ha hecho un llamamiento a mejorar las infraestructuras ferroviarias, "potenciar el tren, recuperar el tren nocturno" e invertir en Rodalies, una exigencia a la que se han sumado otros de los participantes en los parlamentos. Es el caso de Eduard de Ribot, de SOS Costa Brava, quien ha añadido que "hay otro coronavirus, el climático, y hay que hallar una vacuna".
Por último, los agricultores han lamentado que ellos ya están notando el cambio climático, y han afirmado que, más que nunca, es esencial la producción de alimentos de proximidad.