El Govern tiene un problema que puede complicar la situación para el conjunto de la sociedad catalana. La franja de entre 20 y 39 años tiene un menor porcentaje de vacunación que el resto. Una parte de esa población es la que protagoniza botellones e incidentes los fines de semana y se ha detectado una especie de resistencia, que no atiende a los requerimientos de la administración. La secretaria del departamento de Salud, Carmen Cabezas, señala que ya no hay excusas y que la Generalitat dispone de más de 1,5 millones de dosis en neveras, las suficientes para “vacunar a todos los que quedan”, algo necesario para consolidar la salida de la pandemia de una forma clara, con la voluntad, expresada por el consejero de Salut, Josep Maria Argimon, de tener al 100% de los catalanes vacunados antes de que llegue una sexta ola.
El departamento de Salud busca fórmulas para acercarse a los jóvenes, y ha pedido al departamento de Educación una colaboración más estrecha para ofrecer incentivos o alternativas para que todos esos jóvenes se vacunen. El problema que se detecta es que esa franja de la población entiende que no corre excesivos riesgos, pero los datos no van en esa dirección.
Diferencias claras entre generaciones
Cabezas ha expresado su preocupación. La mitad de casos de la quinta ola han afectado a personas de 20 a 39 años, con un total de 102.000 casos. De ese total, 2.500 fueron hospitalizados, y 319 fueron ingresados en las unidades de críticos. Es decir, no es cierto que los jóvenes pasen la enfermedad del Covid de una forma leve. Puede suceder, pero también ha habido casos de extrema gravedad.
Las diferencias son claras. Con la pauta completa, con dos dosis, entre los 20 y los 29 años se han vacunado el 58,9%. Entre 30 y 39 años, lo ha hecho el 62,6%. Esos datos contrastan con la generación siguiente. Entre 40 y 49 años lo ha hecho el 80,1%, y entre los 50 y los 59 años los vacunados con dos dosis alcanzan el 89,4%. El conjunto de la población que ya tiene dos dosis es el 68,2%.
Esperar al inicio del curso escolar
Una de las posibles explicaciones es que esa franja de la población decidiera demorar la vacunación cuando llegaron las vacaciones de agosto. Y el departamento de Salud espera ahora alguna reacción positiva, principalmente tras el 11 de septiembre, cuando comience, de nuevo, el curso escolar. Pero también se ha producido el convencimiento de que hay una resistencia voluntaria a no vacunarse.
Ello ha provocado un debate interno sobre la necesidad o no de imponer la vacunación para acceder a determinados servicios. Pero la defensa de los derechos individuales, por parte del ámbito judicial, que ha afectado a la Generalitat en las últimas semanas al no poder llevar a cabo restricciones de movimientos en municipios con un alto grado de afectados por Covid, aconseja no impulsar ninguna práctiva en ese sentido.
“Quedan las personas más difíciles, a las que se tiene que motivar”, ha expresado Cabezas en una entrevista en Rac1, reclamando fórmulas o ideas por parte de la propia sociedad catalana para culminar la campaña de vacunación.
Vacunas para los menores de 12 años
El departamento de Salud dispone de las dosis necesarias. “No se están perdiendo dosis”, ha señalado, tras añadir que “se está haciendo una buena gestión que permite que las vacunas no caduquen”.
A partir de septiembre se espera vacunar a menores de 12 años, aunque todavía no está aprobada ninguna vacuna concreta para ellos. En todo caso, se estudia “con Pfizer y Moderna”.
Luego está la posibilidad de vacunar con una tercera dosis a personas “muy seleccionadas”. Se trata de personas “inmunodeprimidas”, aunque también se estudia que se pueda administrar esa tercera dosis a personas que viven en residencias. En cualquier caso, no se hará hasta antes de octubre.
La prioridad absoluta son los jóvenes y no tan jóvenes entre los 20 y 39 años, que se ha mostrado como una generación resistente a las indicaciones de las administraciones públicas.