Una mujer de 25 años apareció asesinada en un piso de Cambrils (Tarragona) el pasado viernes 30 de julio. El presunto autor del crimen es su pareja, de unos 50 años, a quien el Juzgado de Instrucción número 1 de Reus ha enviado a prisión provisional sin fianza.
El hombre tenía una orden de alejamiento de 200 metros de la joven que él mismo ha reconocido haberla incumplido. Según el auto, el informe del Ministerio Fiscal apunta que se le investiga por los delitos de homicidio, maltrato en el ámbito familiar y quebrantamiento de condena.
La agredió después de discutir
El juez sostiene que se produjo una primera discusión sobre las 11.30 horas del viernes, hasta el punto que la mujer lo echó de casa al cabo de media hora. Según varios testigos, el hombre habría estado dos horas en un bar antes de regresar a la vivienda. Por la tarde volvió con la excusa de recoger comida y unas cuchillas de afeitar, tras lo que volvieron a discutir.
Varios vecinos han explicado que escucharon gritos sobre las 17.15 horas y uno ha detallado que oyó “una especie de gemido y un golpe seco en el suelo, como si algo cayera”. El informe médico-forense indica que el cuerpo presentaba signos de sofocación, aunque todavía no se ha podido “determinar con certeza que esa fuera la causa de la muerte”. Por ello, se han pedido pruebas adicionales.
Esperó horas junto al cadáver
El presunto asesino asegura que se marchó de la vivienda después de la segunda discusión y, al darse cuenta de que ella no contestaba a sus mensajes de WhatsApp, regresó sobre las ocho de la tarde.
No obstante, el juez sospecha que permaneció allí esperando un tiempo suficiente “para que el cuerpo ya tuviera frío, incluso con los labios morados, intentando así demostrar que cuando llega al domicilio sobre las ocho el cuerpo ya estaba sin vida”. Y es que el propio sospechoso llamó al teléfono de emergencias 112 a las 20.32 horas para avisar de que la víctima estaba “tendida en el suelo, muy fría, morada y sin reacción”.
Lesiones sin explicación
El juez alega que desde las cinco de la tarde, cuando le vieron entrar en el piso, hasta la llamada al 112 hay un margen de más de tres horas en el que no se ha demostrado dónde estuvo el investigado.
Asimismo, tampoco ha dado una “explicación razonable” de las lesiones que presentaba en el rostro cuando lo detuvieron, a pesar de haber declarado que no hubo agresiones físicas durante las discusiones con la víctima. Por ello, el juez considera que hay “indicios suficientes” para enviarle a prisión provisional pro el homicidio.