La primera madrugada tras el regreso del toque de queda en Cataluña ha transcurrido sin incidentes respetables, aunque la Guardia Urbana ha tenido que proceder al desalojo de un total de 4.357 que incumplían la normativa al permanecer en la calle pasada la 1:00 horas.
Por su parte, los Mossos d’Esquadra han tramitado 45 expedientes sancionadores por incumplir las normas dictadas por las autoridades para prevenir la expansión del Covid-19, aunque estas actuaciones no incluyen las registradas durante el periodo del toque de queda.
Concentraciones en las playas
No obstante, durante las horas de vigencia de la restricción no se han registrado anomalías dignas de tener en consideración, de acuerdo con lo manifestado por el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, quien se ha mostrado satisfecho por el balance de esta primera noche, en declaraciones a RAC-1.
Desde el ámbito municipal, el teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, también ha hecho una valoración positiva de lo acontecido en la primera jornada de la vuelta del toque de queda, aunque ha admitido que se han producido aglomeraciones en algunos lugares de la Ciudad Condal, como las playas.
Calles vacías
Entre ellas destaca la de la Barceloneta, donde la Guardia Urbana tuvo que intervenir a partir del inicio de la restricción, toda vez que diversos grupos de personas mantenían sus reuniones pese a que el reloj ya marcaba la hora limite para permanecer en la calle.
Sin embargo, Battle ha asegurado que antes de las 2:00 horas, las calles de Barcelona estaban ya completamente vacías.
Desalojos pacíficos
La mayoría de las personas desalojadas se encontraban en vías y plazas del centro y el distrito de Ciutat Vella de la ciudad, además de en las ya citadas playas, en las que habían numerosos turistas. Estos desalojos se desarrollaron de forma pacífica y con la colaboración ciudadana.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) avaló el viernes el decreto del Govern para aplicar un nuevo toque de queda nocturno, que se aplica en poblaciones de más de 5.000 habitantes y con una incidencia acumulada de la pandemia superior a 400 contagios por cada 100.000 habitantes.
En principio, la medida se aplicará por espacio de una semana, a la espera de comprobar sus resultados y su incidencia en la expansión del virus, que amenaza con complicar aún más si cabe una campaña de verano que apuntaba en la buena dirección pero que se ha tornado gris debido al repunte de contagios y las consiguientes restricciones por parte de los países que más turismo exportan a Cataluña.