El repunte de contagios de coronavirus que vive Cataluña ha sumido a los casals infantiles de verano en un caos organizativo. Fuentes del sector describen un escenario de niños y monitores confinados, actividades paralizadas y una montaña de peticiones de devolución de la matrícula por parte de las familias ante el auge de cuarentenas preventivas, que suponen un problema de conciliación para las familias y económico tanto para los monitores como para las empresas afectadas.
Para poner fin a esta situación, la patronal del sector, la Asociación Catalana de Empresas del Ocio, la Educación y la Cultura (Acellec), reclama a la Generalitat que ayude a superar esta crisis mediante la realización de pruebas de coronavirus y la administración de vacunas. “Pedimos que se priorice la vacunación de los educadores, que se pongan las segundas dosis tan rápido como sea posible y que se mejore la posibilidad de hacer tests de antígenos antes de las actividades”, señala Pep Montes, gerente de la asociación, a Crónica Global.
Equipos confinados
Montes apunta sobre los confinamientos preventivos que “la afectación en monitores va entre el ocho y el 15% de los equipos” y en proporciones “similares” en los aislamientos de los niños, dependiendo de cada centro. “Esto hace que se tengan que paralizar actividades”, asegura el gerente, que añade que además “se desmonta el equipo” de profesionales ante la dificultad de contratar a otros sustitutos con la rapidez necesaria para garantizar el normal funcionamiento de los casals.
El “problema más importante” que genera esta situación, según la patronal, es que “las familias reclaman el retorno de las inscripciones”, lo que “afecta a la sostenibilidad económica” de las compañías que organizan las actividades, “especialmente las empresas pequeñas y medianas”. Montes advierte de que ello pone en riesgo la continuidad "de las actividades”, de modo que urge al Govern a dar una respuesta al sector “en las próximas horas”.
Dificultad para contratar
Desde la Federación de Educación de CCOO Catalunya, Cristina Broto manifiesta que, si bien la situación de confinamientos “es un caos”, “ya no es una experiencia nueva” y se ha mejorado respecto a los casals del verano pasado. “Tanto monitores, directores, coordinadores, como empresas ya están habituadas al protocolo Covid”, indica.
“Ha habido mucha dificultad para encontrar trabajadores, porque había una constante de bajas laborales”, señala la represenante de la parte social. Sin embargo, insta a las empresas a revisar al alza los salarios, ya que considera que además de ser una reivindicación pendiente, atraería a más profesionales al sector y facilitaría estas contrataciones. “El convenio del ocio a nivel de salario hace tiempo que no tiene subidas y se ha quedado estancado”, denuncia.
Medidas contra el Covid
Lídia Roca, coordinadora de actividades de Eixos Creativa, agrega un elemento positivo a la ecuación, y es que con respecto al año pasado, las restricciones contra el coronavirus impuestas por el Govern son más permisivas, lo que permite una mayor normalidad para desarrollar las actividades. “Las medidas son más flexibles que el año pasado, cuando había que mantener distancias, llevar mascarilla…”, recuerda. Este año, utilizan gel hidroalcohólico, “mucha ventilación” y hacen “casi todo en el exterior, lo mínimo dentro” de las instalaciones. Las distancias no son obligatorias dentro del grupo burbuja --aunque se mantienen dentro de lo posible-- y la mascarilla tampoco lo es en espacios al aire libre.
Aunque en su caso no ha habido todavía aislamientos, Roca admite su inquietud ante la posibilidad de que haya que confinar algún grupo. “Nos preocupa mucho”, reconoce, especialmente por el auge de contagios por la variante Delta, que plantea “una situación diferente” a la del año pasado. Una inquietud que será compartida por las familias, trabajadores y empresas organizadoras de los casals hasta finalizar el verano, o hasta que las medidas planteadas por el sector, de ser implantadas por la Generalitat y de resultar efectivas, den resultados.