Oscuridad tras el nacimiento: así es la depresión posparto
Se estima que una de cada diez mujeres padecen este problema tras convertirse en madres; el apoyo del entorno y tener empatía hacia ellas es fundamental para ayudarlas
5 julio, 2021 00:00No es todo oro lo que reluce tras el parto. Pese a que normalmente las expectativas durante el embarazo son un posparto tranquilo y lleno de amor y felicidad, la realidad --y las hormonas-- se imponen y hacen de las suyas. Así es el puerperio, el período comprendido entre el parto y el retorno del organismo a la normalidad. Su duración va de entre seis a ocho semanas y se caracteriza por los cambios neuoroendocrinos y psicosociales. Es habitual tener durante los días posteriores al nacimiento del bebé una cierta melancolía, más conocida como babyblues. Pero cuando la tristeza comienza a complicar el momento y supera las dos primeras semanas de vida del pequeño, podríamos estar hablando de una depresión posparto. De hecho, se estima que una de cada diez mujeres padecen este tipo de depresión tras convertirse en madres.
Diferencias entre babyblues y depresión posparto
El babyblues no se caracteriza, tampoco, por ser un período fácil. “Puede incluir cambios en el estado de ánimo, episodios de llanto, tristeza, irritabilidad, ansiedad y dificultades para dormir. Generalmente empieza dentro de los primeros días del puerperio y puede durar hasta unas dos semanas. Suele remitir poco a poco, sin necesidad de tratamiento”, explica el psiquiatra Pedro M. Paulino Matos. Sin embargo, podemos diferenciar esta etapa de la depresión posparto por “la duración de los síntomas, su intensidad, y por la repercusión negativa en la vida diaria de la madre, dado que puede afectar a la capacidad para cuidar del bebé y hacer las tareas y actividades diarias”, aclara este doctor.
Algunas de las señales que nos pueden poner en alerta podrían ser “que la madre tenga un temor irracional a quedarse sola con el bebé; pasar de preocuparse intensamente de él a no hacerle caso; ser incapaz de cuidar de sí misma o de su bebé; tener sentimientos negativos hacia el bebé; y, por último, verbalización de ideas de hacerse daño”, señala este psiquiatra.
Condicionantes que favorecen la depresión
Si bien es cierto que “la depresión posparto puede darse en cualquier mujer, algunas pueden tener un mayor riesgo a desarrollarla. No existe una sola causa que pueda provocar depresión posparto, por lo que nos encontramos con un amplio rango de causas físicas, psicológicas o sociales. Algunos ejemplos de factores que pueden favorecer el desarrollo de una depresión posparto pueden ser un embarazo no deseado, problemas o separación de pareja, muerte y/o enfermedad de familiar, problemas económicos, complicaciones durante el parto, antecedentes de enfermedades mentales (como depresión, ansiedad, trastorno bipolar, depresión posparto), problemas con el bebé, anomalías congénitas, vivir sola, no tener apoyo sociofamiliar o cambios hormonales en la mujer”, apunta el Dr. Matos.
Vivencias traumáticas en el parto
La evolución del parto, o cómo se haya vivido éste, es también un factor importante: “un parto instrumental o una cesárea urgente por riesgo de pérdida del bienestar fetal pueden ser experiencias muy traumáticas que condicionen el posparto”, indica la doctora Hortensia García, de Clínica Anthea. También, haber vivido un embarazo duro emocionalmente. “La vivencia del embarazo puede condicionar el posparto, ya que embarazos no deseados o vividos con miedo o ansiedad pueden favorecer el desarrollo de una depresión”, añade.
Otro detonante potente de este tipo de depresión es la separación de madre y bebé tras el parto. “Es importante, siempre que sea posible, mantener el contacto piel con piel tras el parto para que se establezca un vínculo maternofilial adecuado, que sin duda es muy beneficioso tanto para el bebé como para la madre”, confirma la doctora García Briz.
Medidas de prevención
Aunque la salud mental es un universo tan amplio como desconocido, hay ciertas medidas de prevención que pueden ayudar a minimizar las posibilidades de sufrir una depresión posparto. Por ello, el doctor Matos recomienda “la realización de ejercicio físico, una buena higiene de sueño, llevar una vida activa, sacar tiempo libre para actividades de ocio y ocupación, adecuada alimentación y nutrición, evitar el consumo de sustancias tóxicas (como, por ejemplo, alcohol, tabaco, cannabis, cocaína…) Un adecuado apoyo social y emocional, así como el acompañamiento por parte de profesionales sanitarios especializados son otros pilares esenciales en el manejo de la situación”.
Mitos y estigma
Pese a lo habitual que es padecer una depresión posparto, todavía existe “mucho mito y estigma asociado a la enfermedad mental. También, culturalmente nos han vendido la historia de que el embarazo y el parto son momentos de felicidad, en los que uno tiene que sentirse feliz, y la realidad nos dice que no siempre es así. La depresión posparto es un padecimiento mucho más común y frecuente de lo que somos conscientes. La actitud inicial de familiares ante la depresión posparto suele ser de incomprensión, sorpresa, miedo, etcétera”, considera este profesional de la salud mental.
No obstante, “la actitud y el apoyo del entorno es fundamental en este momento tan bello, pero al mismo tiempo tan delicado de la vida de la madre, más si estamos ante la presencia de una depresión posparto. Es importante animarla a que busque ayuda profesional cuanto antes, acompañarla a las citas médicas, mostrar una actitud empática, de amor y comprensión, evitando los juicios y los reproches. Otra medida básica que debería tomar el entorno cercano es apoyar emocionalmente a la madre, asesorarse e informarse sobre la depresión posparto para saber qué puede estar sucediendo con su mujer, hermana, familiar o amistad y así ayudarla a salir de la oscuridad en la que se encuentra tras el nacimiento del bebé”, concluye el psiquiatra Pedro Matos.