La leche materna no contiene restos de coronavirus y, sin embargo, sí presenta anticuerpos frente al SARS-CoV-2, según el primer estudio de este tipo en España y en el mundo que compara los efectos de tres vacunas (Pfizer, Moderna y AstraZeneca). Ha sido liderado por investigadoras de Lactapp y del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Es cierto que los niveles de anticuerpos varían según la vacuna recibida, pero las tres citadas han demostrado que generan anticuerpos que pasan a la leche materna. Lo confirma este este estudio pionero, enmarcado en la iniciativa MilkCorona –en la que participan hospitales de las ciudades de Barcelona, Granada, Valencia y Zaragoza, así como varias universidades, junto a Lactapp—.
Anticuerpos en todas las mujeres
El estudio ha analizado la presencia de anticuerpos frente al SARS-Cov-2 en 75 mujeres lactantes inoculadas con distintos tipos de vacunas. A 30 de ellas les habían administrado ya la vacunación completa de Pfizer, 21 habían sido vacunadas con la pauta completa de Moderna, y 24 habían recibido únicamente la primera dosis de AstraZeneca. En las muestras de leche de todas ellas había presencia de anticuerpos específicos (IgA e IgG). Los niveles de anticuerpos variaron, además, según la vacuna recibida, el momento de la medición, la pauta completada, así como en función de la existencia de una infección previa.
Confirman, por lo tanto, la información que sugiere que individuos que han pasado la enfermedad alcanzan inmunidad medida en sangre con una única dosis. Y es que una sola pauta en mujeres que ya han superado el coronavirus es suficiente para tener los mismos niveles de protección que aquellas que no han pasado el coronavirus y sin embargo han recibido la pauta completa de vacunación.
Desmonta las teorías negativas
Otro de los datos que ha arrojado el estudio liderado por Lactapp es que los niveles máximos de anticuerpos en leche materna se alcanzan entre 7 y 14 días tras completar la pauta completa de vacunación, manteniéndose estos niveles con posterioridad y coincidiendo con los datos reportados por fuentes oficiales.
Este novedoso estudio echa por tierra todas las informaciones que ponían en duda que fuese beneficioso administrar la vacuna a madres lactantes. Muchas llegaron a rechazar la vacuna por miedo a que afectara de forma negativa a sus hijos. “Las mujeres que amamantan se han encontrado muy perdidas a la hora de poder recibir la vacuna por la falta de evidencia científica y era necesario poder obtener información rigurosa”, sostiene Laia Aguilar, jefa de investigación de Lactapp.
Inmunidad pasiva
“La vacunación comenzó en grupos de trabajadores esenciales como el sanitario y las residencias de la tercera edad, sectores muy feminizados con una gran cantidad de empleadas en edad fértil que han estado en primera línea. Aun así, no se había investigado sobre los efectos de las vacunas en grupos como las mujeres que amamantan y era necesario poner el foco también aquí. En un inicio, incluso a muchas mujeres que amamantaban se les negó poder ser vacunadas, cuando los principales organismos internacionales de referencia como la OMS señalaban que la vacuna era compatible”, lamenta Aguilar.
Pese a que aún es necesaria más investigación para conocer con mayor exactitud la capacidad inmunitaria que se transfiere a través de la leche materna, todo parece indicar que el bebé recibe inmunidad pasiva a través de la lactancia. Es decir, no está igual de protegido frente al Covid que una persona vacunada, pero las inmunoglobulinas presentes en la leche sí que le ayudan a que no se infecte en el caso de que el virus del Covid-19 sea detectado en el tracto respiratorio e intestinal. Es, para Laia Aguilar, coordinadora del equipo de investigación de Lactapp, “necesario seguir investigando en el campo de la lactancia materna para obtener evidencia científica que permita a las mujeres tomar decisiones informadas sobre su salud”.