La Guardia Urbana de Barcelona ha desalojado a 1.639 personas que estaban en la vía pública durante la noche del domingo. Todos ellos habrían incumplido alguna de las restricciones vigentes, que son: llevar mascarilla, mantener la distancia de seguridad o ir en grupos máximos de seis personas, entre otras. Las principales concentraciones se han producido en el paseo Lluís Companys, el Born, la plaza de la Virreina y la plaza dels Àngels, enclaves que ya fueron escenarios de aglomeraciones durante la noche del sábado, la primera sin el estado de alarma vigente.
El teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, ha señalado en una entrevista en Cafè de Idees de TVE que la noche ha sido "más tranquila" que la anterior, en la que fueron desalojadas más de 6.500 personas. En la misma línea, ha destacado que la parte buena es que no se ha producido ninguna incidencia grave.
“Ya había problemas de botellones”
Batlle ha aceptado que "habrá un momento" en el que será conveniente y necesario estudiar cómo el ocio nocturno puede recuperar su actividad. Sin embargo, ha descartado que sea la mejor solución para evitar las concentraciones en plazas públicas en las que el riesgo de contagio de coronavirus se dispara. "Hace dos años ya había problemas de botellones y el ocio nocturno estaba abierto", ha indicado. Esta consideración choca con la de los empresarios del sector, que creen que, si pudiesen abrir, se podría canalizar y controlar mucho mejor a la gente.
El teniente de alcalde ha justificado que el metro cierre a medianoche, dado que a partir de las 23.00 "no hay actividad nocturna" al finalizar el horario de cenas de la restauración y el fin de los espectáculos culturales. A pesar de ello, ha asegurado que la planificación se "ajustará" en el transcurso de los próximos días según las necesidades reales de la ciudadanía. La decisión total se tomará junto con las autoridades del transporte metropolitano.