Hemos pasado por un año complicado, y lo cierto es que las complicaciones siguen adelante en unas circunstancias que traen muchos problemas a todos los frentes. En mitad de esta vorágine de cambios y tintes de miedo, empiezan a resaltar actividades de lo más mundanas, pero que nos ayudan a combatir los problemas del día a día.

Hay algo muy sencillo que está demostrando ser totalmente útil para nuestro bienestar psicológico. ¿Y qué es? Mirar las estrellas por la noche desde la terraza. Expertos en la materia han dejado claro que esta actividad tan sencilla es algo que no solo relaja, sino que también reduce considerablemente los niveles de estrés.

Algo que se puede hacer de forma tan sencilla como cogiendo una silla y sentándose a ver el cielo desde el balcón, como también tomándoselo un poco más en serio. Hay personas que tienen en la observación de los cielos a su pasatiempo principal.

Hazte con un equipo adecuado

Personas que se equipan adecuadamente, ya que esta actividad requiere contar con un buen equipo, sea en forma de telescopio o de prismáticos para el cielo, cosa que es más fácil en internet gracias a las webs que comparan prismaticos astronómicos y otros derivados. 

Pero no es necesario salir ahí a explorar al cielo con el mejor equipo, salvo que se desee empezar a tomarse esta actividad de relajación como algo un poco más serio. Al final, sea con un enfoque o con otro, es algo que lleva a la relajación. A algo que es totalmente necesario dadas las circunstancias.

¿Por qué el cielo nocturno relaja?

Lo cierto es que la observación de estrellas es una actividad que, ya de por sí, invita a la calma. Quienes lo tienen como hobby, saben que es algo que requiere paciencia y no ir con prisas, además de ser bastante meticuloso con lo que se hace.

Solo hay que tener en cuenta que la idea detrás de esto es la de observar cuerpos que están a distancias abismales, y cualquier pequeño movimiento, por nimio que sea, puede hacer que sea imposible volver a localizar lo que se deseaba. Por esa razón, ver las estrellas por la noche ya es una actividad relajante de por sí. Ahora bien, si ampliamos un poco más la perspectiva y pensamos en el sencillo gesto que supone mirar desde la terraza a las estrellas, tampoco es algo que termine de sorprender.

Ritmos biológicos

Cuando cae el sol y la luna reina en el cielo, el color predominante es prácticamente negro. Gracias a eso, nuestra vista se relaja mucho más y nuestro cuerpo y mente abandonan el estado de alerta que se genera cuando hay mucha luz. Es algo que también va ligado a nuestro ritmo circadiano, de hecho, precisamente por eso es por lo que solemos dormir mejor cuando estamos en plena naturaleza.

Salir a la terraza, apartar el ruido de la ciudad y dejar las luces para centrarse en las estrellas. Eso lleva a una relajación totalmente lógica. Nuestra mirada se centra en un espacio muy amplio y que no daña a la vista, a la vez que nuestros sentidos dejan a un lado todo lo demás. Nos centramos en algo que, además, no exige movimiento ni esfuerzo. Solo hay que mirar y, a ser posible, en silencio. Así, poco a poco desconectamos de todo lo que nos rodea a la vez que nos centramos en el cielo y tiramos el estrés por la ventana. Que, en el fondo, es la auténtica clave de hacer esto.

Más sencillo con la llegada del buen tiempo

Resulta curioso, pero esa sensación de inmensidad, acompañada de esos colores tan característicos y un escenario completamente estático a simple vista, es lo que hace que nuestro cuerpo y mente se relajen mucho más. Solo hay que pensar en la cantidad de personas que caen dormidas cuando van a ver alguna que otra lluvia de estrellas.

Puedes practicarlo como lo desees, pero, desde luego, si tienes la oportunidad de hacerlo cuando entre el buen tiempo, no lo dudes ni un solo segundo. Párate a contemplar el cielo con un asiento cómodo y en compañía si quieres. Disfruta de la enormidad del universo y verás cómo los problemas que suelen machacarte dejan de ser tan pesados.

Verás cómo empiezas a ver las cosas de otra manera y te tomas tu rutina diaria con algo más de calma. Los especialistas insisten en ello, y lo cierto es que es algo tan sencillo y tan evidente que costaba verlo. Quizá ahora que lo sabes tengas la clave perfecta para acabar con ese enorme estrés que te abarrota a diario con el trabajo y tus responsabilidades del día a día.

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En colaboración con todoprismaticos.com