Joan Prat, cura de la cárcel de Lledoners y exorcista oficial del Obispado de Vic desde hace cuatro años lo tiene claro: “Si, el diablo existe”. Lo que no se sabe es como posee a las personas, dado que asegura que “es un misterio”, y sobretodo está vinculado con gente que hace rituales o que cae en sectas esotéricas. Así lo explica en conversaciones con la CCMA.
El cura asegura que su labor se asemeja a la de un psicólogo, y muy poco a la de la película de Anthony Hopkins, El Rito. Este film considera que tiene una buena documentación, pero la intensidad que las prácticas que en él se ven no es real.
“Apartarnos de dios”
Prat explica que es esencial entender que los seres humanos son tentados por el diablo “que los quiere apartar de dios” y lucha para “que hagamos el mal”. Con el objetivo de proteger a las personas, el Vaticano considera que cada diócesis debe tener un profesional del exorcismo. En el caso catalán, hay 10.
A la iglesia le resulta molesto abordar la tarea de este perfil de curas, y explicar los casos de las personas que son poseídas. Esta actuación, asegura, se hace para “preservar la intimidad de quienes requieran su ayuda”, y sobretodo porque pretenden alejarse de la imagen distorsionada que se tiene de los exorcistas y de su labor.
Colaboración médica
Las rutinas de un exorcista se desarrollan en paralelo a las de “psicólogos y psiquiatras”, con los que es imprescindible la colaboración. En este sentido, afirma que a veces estos profesionales no ven “un porqué” en los padecimientos de una persona. En estos casos, “la plegaria puede ayudar”.