Un vecino de Peramola (Lleida) de 79 años llamado Antonio hace ocho años que reside en el Hospital de la Seu d’Urgell, a pesar de que tiene el alta desde hace dos años. Sin embargo, se niega a irse por su propia voluntad. El hombre avisa de que la única forma de que se vaya es que lo ordene un juez o que lo expulsen por la fuerza. Hasta el momento la justicia siempre ha dado la razón al hospital, pero Antonio siempre recurre.
La causa que este hombre alega para no dejar libre la cama del hospital es que no quiere abonar el importe que le piden en la residencia donde lo quieren enviar. Actualmente cobra 800 euros, de los cuales destina 480 al centro hospitalario, una cantidad menor a la que pagaría en el centro residencial.
Derecho de los demás ciudadanos
Jordi Fábrega es el actual alcalde del municipio y ha sido el director del hospital durante años, y se muestra tajante al decir que "los demás vecinos tienen derecho" a ir al hospital y que no haya ocupada "una cama por alguien que no la necesita". Por otra parte, el hombre tampoco cumple los protocolos sanitarios, dado que a pesar de que tiene prohibido salir del recinto, lo hace: "Si hay algo que yo creo que necesito, me lo tienen que dejar hacer. Si no, me escapo".
Los hijos de Antonio le dan todo su apoyo, dado que, según comentan, su hermana estaba en una residencia y falleció de Covid. "Mi padre lo ha pasado en el hospital y lo ha superado perfectamente, seguramente porque el nivel de asistencia es mejor".