El exparroco acusado de simular el matrimonio entre dos ancianos después del fallecimiento del cónyuge, para que la mujer pudiese cobrar la herencia, asegura que la boda sí se celebró, y que "fue discreta", a petición de los contrayentes. Los hechos se remontan a noviembre de 2008, en Sant Vicenç de Castellet, cuando el hombre murió, y su abogado informó de que, al ser soltero sin descendencia directa y no haber realizado testamento, sus bienes pasaban a sus dos sobrinos.
El finado, A.V., mantenía una relación con L.V.B. --fallecida hace dos años--, que nunca habían formalizado por unión civil ni religiosa. Y, según ha declarado la sobrina del primero, el letrado les comunicó que, en el momento del deceso, su pariente seguía soltero. Ante la preocupación de la anciana, esta le trasladó que podría ostentar el usufructo de los bienes del hombre hasta su muerte, pero la mujer habría simulado el matrimonio, que fechó en julio de 2008.
Matrimonio con un muerto
Una simulación en la que, según fiscalía, habría participado el cura, David Vargas, detenido en 2019 por estafar 3,5 millones de euros a ancianas. El ministerio público reclama ocho años de prisión para el entonces religioso, ya excomulgado, por falsificar la firma del muerto en el expediente matrimonial, extremo que el investigado ha negado este jueves ante la Audiencia de Barcelona.
Durante el juicio, el que fuera titular de la parroquia de Sant Vicenç de Castellet ha asegurado que la anciana, feligresa, le trasladó su intención de casarse para "no vivir en pecado". Al finado nunco lo vio en la iglesia. Los tres se conocieron en el domicilio de la pareja, donde el cura los entrevistó para comenzar los trámites de la unión, según su versión. Ambos, debido a su avanzada edad, "no querían ser la comidilla del pueblo" y le rogaron celebrar un enlace "discreto", "sin eucaristía ni publicidad", y asegura que así se hizo a las 17.00 horas del 1 de julio de 2008.
Herencia de un soltero
Como testigos, por esa petición de "discreción", acudieron la hija de la novia, M.D.V.B., también imputada por la presunta estafa, y su nieto, aunque este nunca estampó su firma en el documento eclesiástico. Según el relato de fiscalía, Vargas y la anciana urdieron el falso enlace, que fecharon cinco meses antes del fallecimiento de la pareja de esta. Una artimaña en la que también habría participado su hija, al ser conocedora del engaño.
A pesar de ello, el cura ha negado los hechos al asegurar que ofició el enlace. Sí ha reconocido ante el tribunal una "irregularidad" y es que el expediente parroquial, que no puede sacarse de la iglesia, sí se sustrajo. Pero no fue él, ha apuntado, sino la secretaria de la congregación, E., para evitar el desplazamiento de los novios. "Durante mis vacaciones supe que se había dejado salir el expediente y que ya lo habían firmado", ha señalado.
Firma del finado falsificada
El informe del perito ha desmontado su versión, ya que en sede judicial ha ratificado que todo el acta matrimonial, excepto las firmas de madre e hija, la cumplimentó la misma persona, con el mismo rotulador. Es decir, la signatura del finado la estampó quien rellenó el documento, que habría sido el entonces párroco.
"A.V. --fallecido-- ha firmado como el cura, pero no así las firmas de las dos señoras", ha indicado el perito a preguntas de la fiscalía, a pesar de que no lo incluyó en su informe inicial. Sobre la enseña del finado, ha señalado que es una "falsificación por calco" que "no está muy bien hecha, a pesar de seguir los rasgos iniciales" que se marcaron con lápiz.
El nieto asegura que se casaron
Por su parte, E.C., nieto de la anciana contrayente, también ha afirmado que el enlace se celebró. Él no está imputado en la causa, aunque para su madre fiscalía también pide ocho años de cárcel. "Se casaron, yo estuve en la boda, me llamaron [por teléfono], salí, cogí el coche y me fui", ha asegurado.
"Fui como invitado y no como testigo", ha insistido. Lo que contradice la versión del párroco, que detalló en el acta a hija y nieto de la anciana como testigos --pese a que este último nunca firmó--. Cuestionado por si le llevaron el expediente a casa para rellenarlo con posterioridad, ha señalado que no.
La secretaria respalda a Vargas
Por su parte, E., la secretaria a quien Vargas ha señalado como autora del traslado de la documentación fuera de la parroquia, ha corroborado la versión del exsacerdote. Pese a que el expediente no podía salir de la iglesia, ha admitido que, por la insistencia de la novia, le dejó los papeles para que ambos cónyuges los cumplimentasen en su domicilio. "Se lo di, y me lo trajo firmado. Luego llamé a David para contárselo y se enfadó muchísimo", ha indicado ante el tribunal, al comparecer como testigo. Sobre el finado, ha indicado que nunca lo conoció, y tampoco a la hija de la anciana.
Preguntada sobre las partidas de bautismo de los contrayentes, ha indicado que "seguramente" se entregaron después de la boda, que se fechó en julio. "Si las hubo antes, yo no las tenía", ha apuntado. Eso sí, no estuve presente en enlace, y asegura que fue una de las sacristanas quien le aseguró que sí se había celebrado.
Párroco sustituto
Por su parte, el párroco que sustituyó a Vargas durante sus vacaciones --no volvió hasta el día que en se habría celebrado el enlace-- ha indicado que llamó la atención a la secretaria al ver que la firma de los contrayentes ya estaba estampada en el documento. "Le eché una reprimenda porque eso contradice el derecho canónico", ha asegurado este jueves. "No es normal que ellos cumplimenten el expediente parroquial, lo hace el párroco, nunca se entrega a las parejas, ni casadas ni no casadas", ha insistido. En el papel pudo ver ya las enseñas de novios y testigos. No la de Daniel Vargas, que estaba "ausente".
Mientras que R.P., sacristana de la parroquia en 2008, también citada como testigo, ha señalado que vio la entrada de los novios, que entraron a la sacristía, y "nada más". Preguntada por si la boda fue "especial", ha señalado que duró unos 20 minutos, y que ella esperó sentada en los bancos del templo, para la misma de la tarde. "No recuerdo si había un chico también allí, pero la pareja sí", de quien ha dicho, "ella era feligresa". Dos o tres días antes del enlace, le pidieron acudir antes de su hora habitual para abrir la iglesia para la ceremonia que, según ella, ofició el propio Vargas. Al finalizar, asegura, dio la enhorabuena a la pareja.
Las sacristanas vieron a una pareja
La otra ayudante de la parroquia, C.B., ha indicado que fue "una boda muy rara, entre semana", que duró unos "10 minutos" y a la que solo asistieron los novios y "un chico joven". La pareja "se metió en la sacristía" con el cura, y ella se quedó arreglando la iglesia para la misa de las siete --de la tarde--.
"Al verlos juntos pensé que era una boda, pero vi cosas raras. Ellos dos eran mayores, y solos allí daban hasta pena", ha indicado la testigo, que no recuerda si se produjo o no intercambio de anillos. Sí ha corroborado que el cura Vargas llegó ese mismo día de "viaje". En su declaración ante el juzgado de Manresa en 2015, C.B. detalló que la secretaria, E., la llamó porque la novia reclamaba el expediente matrimonial para cumplimentarlo en su casa y que vio como se lo dio, aunque este jueves la mujer, de edad avanzada, no lo recordaba con claridad.
Firma falsificada
Otro de los testigos, un sacerdote amigo de Vargas, también ha asegurado que vio cómo se celebraba el enlace. El religioso había llevado en su coche al acusado desde Castellón, y se quedó en la parroquia de Sant Vicenç de Castellet "un rato", en el que el otro párraco le detalló que oficiaría la ceremonia.
Las pesquisas sobre la presunta falsedad de la boda comenzaron tras una denuncia del obispado de Vic, que detectó las irregularidades. El agente de la Policía Nacional encargado de la investigación ha detallado en sede judicial que fueron los religiosos quienes detectaron la firma falsificada con una pericial de parte.
Movimientos bancarios del cura
La policía científica verificó que, ciertamente, la que constaba en la partida matrimonial no era la enseña del fallecido. Lo que les resultó "chocante" ha detallado el agente, porque los contrayentes firman tras la boda. "Da la sensación de que uno de ellos no estaba allí", ha indicado.
Otra de sus sospechas la confirmó el Registro Civil, en el que figuraba que el novio era soltero. Tampoco los "recordatorios" de su funeral hacían mención a que estuviese casado. Fue entonces cuando los investigadores comenzó a tomar declaraciones a los implicados. Durante las gestiones posteriores, intervinieron las cuentas de Vargas --que se negó a declarar ante la policía--, donde constaban movimientos de cuantiosas cantidades de dinero.
Investigación del obispado de Vic
Por su parte, el vicario del obispado de Vic, ha indicado que conoció los hechos por la sobrina del finado, que "expresó su extrañeza" por no tener conocimiento del enlace, pese a que esta sí conocía que ambos eran pareja. Al comenzar sus indagaciones comprobó que los contrayentes no había aportado las partidas de bautismo --algo obligatorio--. "Todo lo que me pareció irregular lo anoté y lo facilité a fiscalía", ha indicado.
El obispado sí impidió a Vargas seguir oficiando sacramentos, aunque su cese fue en julio de 2011. A la pregunta, "¿Murió el señor A.V. estando casado?", el vicario ha señalado que "para la iglesia sí", porque el registro existe. La vista, que se ha alargado durante seis horas, ha finalizado sin la exposición de conclusiones de las partes, que se emplaza al 22 de febrero.