El perro que atacó e hirió de muerte a su dueño el sábado pasado en Cassà de la Selva no llevaba chip ni licencia. La raza del animal, American Staffordshire Terrier, está catalogada como potencialmente peligrosa, por lo que, según la normativa, debería haber tenido tramitados los papeles correspondientes.
El perro no estaba registrado ni contaba con estos requisitos del microchip identificativo y licencia administrativa, según fuentes de la investigación citadas por la agencia Efe. Tampoco estaba censado, de modo que el ayuntamiento de la localidad gerundense no conocía su existencia.
Sin los trámites de seguridad
La licencia administrativa, que conceden los consistorios, se otorga en caso de cumplir una serie de requisitos para minimizar los peligros que puedan suponer estos animales. Por ejemplo, el amo debe ser mayor de edad y estar libre de antecedentes penales.
Además, el solicitante tiene que presentar un certificado de aptitud psicológica y otro de seguro de responsabilidad civil por los posibles daños que pueda provocar la mascota. En estos procedimientos, también se identifica al animal.
Una mordida en el paseo nocturno
El vecino de Cassà, que se había mudado poco antes, sufrió el ataque de su Staffordshire el pasado sábado sobre las nueve de la noche, cuando en medio del paseo recibió una mordida en el brazo por causas desconocidas que le hizo perder mucha sangre.
Inicialmente, se creyó que la víctima paseaba el perro de un amigo suyo, pero la investigación ha aclarado que se trataba en realidad del propietario. Según los testigos, llevaba a su mascota con una correa de menos de dos metros, como fija la normativa, pero sin bozal. Gravemente herido, perdió la vida pocas horas más tarde en el Hospital Trueta de Girona. También murió su perro, al ser disparado por la Policía Local cuando los agentes llegaron al lugar.