Los Mossos d’Esquadra siguen a esta hora sin intervenir en la fiesta rave que se celebra de forma ilegal desde la tarde del pasado 31 de diciembre en la localidad barcelonesa de Llinars del Vallés, en la que podrían haber participado hasta 1.000 personas, sin ningún tipo de medidas de seguridad para prevenir el contagio del coronavirus.

Ante la indignación de la ciudadanía en general y la de los vecinos de Llinars, en particular, el cuerpo policial asegura ahora que está decidido a desalojar la reunión ilegal pero que aún espera un protocolo de la Conselleria de Salud para hacerlo.

Evitar males mayores

Un mensaje que se repite desde la tarde de ayer, cuando la celebración de la fiesta ya había trascendido a todos los rincones de Cataluña, lo que obligó al comisario de los Mossos, David Boneta, a dar explicaciones sobre la falta de acción por parte del cuerpo policial.

Fue entonces cuando Boneta aseguró que los Mossos no habían intervenido para “evitar males mayores” debido a que los participantes en la fiesta no llevaban mascarilla e incumplían todas las medidas de seguridad y debido al principio de proporcionalidad que siempre acompaña sus actuaciones si prevés que puedan dar origen a una respuesta violenta. Los mismos argumentos que usó el mayor Josep Lluís Trapero en la Audiencia Nacional para justificar el papel de los Mossos d'Esquadra durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

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Indignación vecinal

Pese a que desde la tarde del 1 de enero se viene anunciando la intervención policial “en las próximas horas”, lo cierto es que la rave continúa activa, con entre 200 y 300 personas en el interior de las naves del polígono industrial de Llinars del Vallés.

Los vecinos han denunciado que el aforo pudo alcanzar el millar de asistentes en su momento álgido. La propia policía confirmó desde primera hora que la mayor parte de las matrículas de los coches aparcados en las inmediaciones de la fiesta son extranjeras. 

Colapso en la carretera

Los Mossos d'Esquadra recibieron el primer aviso de esta fiesta ilegal la noche de este jueves debido al colapso de turismos, furgonetas y autocaravanas en la carretera C-251 a Llinars para acceder a la nave.

Mientras, el alcalde de la localidad, Martí Pujol, ha señalado que la detrás de la fiesta hay toda una organización procedente del exterior que "funciona miuy bien" y que ha sido capaz de convocar a centenares de personas, en su mayoría procedentes del exterior, de países como Italia, Francia y Holanda.