La Audiencia de Girona ha condenado a 10 años de prisión a los siete acusados por secuestrar a un vecino de Lloret de Mar. El secuestro, que duró 10 días, terminó con la solicitud de un rescate de 1,5 millones de euros a la familia de la víctima.
Según la fiscalía, el cautiverio empezó el 12 de junio de 2017, cuando los procesados se hicieron pasar por policías y se llevaron a la víctima. El 22 de junio liberaron al hombre en Toledo después de que una mujer recibiese una llamada desde el teléfono de su marido en la que se le exigía un rescate de 1,5 millones de euros por ser liberado con vida. Cinco de los acusados han reconocido los hechos y sus condenas serán entre cinco años y medio y seis años y medio de prisión. Sin embargo, los acusados que negaron los cargos se enfrentan a penas de hasta 10 años de cárcel.
Reparto de roles
Según recoge la sentencia, los acusados empezaron a idear su plan entre mayo y junio de 2017. La voz cantante la llevaron dos hermanos, que conectaron con los otros cinco procesados y los convencieron para participar en el secuestro. Durante aquellas semanas, los integrantes del grupo se fueron repartiendo diferentes roles. Así, uno se encargaría de negociar con la familia, mientras otro vigilaría y apoyaría que todo fuese lo más seguro posible.
El plan implicaba ocultar primero a la víctima en una casa aislada de Cervelló (Barcelona), que era propiedad de uno de los acusados. Y, desde allí, trasladar al hombre hasta otra vivienda, situada en Casarrubios del Monte, un pueblo de Toledo. El cautiverio duró hasta el 22 de junio, cuando los Mossos d'Esquadra y la Policía Nacional liberaron a la víctima en un operativo conjunto.