Dura reacción de los restauradores de Barcelona contra las nuevas restricciones del Govern. Y es que desde el próximo lunes, 21 de diciembre, y hasta el 11 de enero, bares y restaurantes solo podrán abrir en dos franjas: de 7.30 a 9.30 para el turno del desayuno; y entre las 13.30 y las 15.30 para la comida. No podrán servir cenas, aunque sí prepararlas para su recogida en el local o envío a domicilio. Una decisión de la Generalitat que el sector tilda de "inviable" y por el que denuncia "el acoso intolerable" del Departamento de Salud.
"El funcionamiento intermitente de bares y restaurantes durante cuatro horas y media --al día-- equivale a un nuevo cierre", ha lamentado el gremio a través de un comunicado este viernes. Los dueños de estos negocios señalan que no dan "crédito". Y es que, lamentan, mientras que en los domicilios podrán celebrarse reuniones familiares de hasta 10 personas, y el toque de queda se alargará hasta la una de la madrugada en Navidad y Fin de Año, "la única diferencia sustancial respecto a las medidas anteriores es el cierre de la restauración".
"Declaración de guerra" contra la restauración
Interpretan así la decisión del Ejecutivo catalán como "una declaración de guerra" que supone un cerrojazo "encubierto". "La obsesión del Departamento de Salud con la restauración es enfermiza; parece que hayan estado esperando que las cifras empeoraran para cerrar la restauración", han criticado.
El empleo sufre las consecuencias sanitarias. Y es que el gremio señala que 170.000 trabajadores catalanes pasarán a una situación de ERTE en Navidad, mientras que "los 50.000 autónomos de la restauración no recibirán ningún tipo de ayuda". No comprenden como, si tanto la Generalitat como el Ministerio de Sanidad señalan que la mayoría de contagios se producen en espacios privados, se permitirán encuentros navideños en domicilios, pero no en restaurantes. "¿Quién quiere celebrar la comida de Navidad entre las 13.30 y las 15.30? El alud de cancelaciones será terrible", advierten.
Celebraciones privadas
Se preguntan también a quién culpará la Administración si la curva de contagios aumenta después de Reyes y cargan contra Esquerra Republicana. "[El partido] Tiene una obsesión enfermiza con el sector de la restauración. Parece que el Departamento de Salud hubiera estado esperando que las cifras empeoraran para cerrar de nuevo bares y restaurantes. El acoso que sufrimos es intolerable", argumentan los restauradores.
Lamentan que el Govern no fuese capaz de anticiparse a la segunda ola de la pandemia y decidiese cerrar la restauración. "Ahora no han sido capaces de hacerlo con la tercera, e imponen un nuevo cierre. ¿Cuándo piensan dimitir? Las familias se están arruinando por culpa de su incompetencia", concluyen.