Tener un bebé que duerma toda la noche seguida sin despertares es, sin duda, el sueño de cualquier padre/madre. Si el embarazo y el habitual insomnio que provoca parece preparar a la madre para la batalla que viene después, la realidad sin duda siempre supera la expectativa y el primer año de vida del bebé acostumbra a ser un infierno de despertares -si no es así, qué suerte- que deja a los recién estrenados progenitores con unas ojeras que nada tienen que envidiar a las del oso panda.
Es en ese momento, cuando la imagen idílica que tenías de la maternidad y que cultivaste durante el embarazo, salta por los aires. Y, ante los lamentos ante abuelos/as, familia y vecinos, una larga lista de recomendaciones, “porque algo estás haciendo mal para que el bebé no duerma”.
Desvelos nocturnos
Si alguien sabe de sueño infantil esa es María Berrozpe, y no precisamente por ser madre de tres hijos y haber sufrido los tan temidos desvelos nocturnos de sus tres pequeños- aunque la experiencia también es un grado-, sino por ser doctora en Biología y ser la autora del libro ¡Dulces sueños! Cómo lograr que tus hijos duerman tranquilos, de la editorial Alianza. Si mi hijo de meses se despierta mil veces por la noche y el de mi vecina, también bebé, duerme del tirón, ¿qué estoy haciendo mal?
“Nada. Cada niño es diferente y si algo resaltan los profesionales del sueño infantil es la enorme variabilidad que hay entre niños en cuanto a las horas que necesitan dormir y cómo lo hacen. Por eso, la Academia Americana de Medicina del Sueño, en sus últimas recomendaciones, ni siquiera se atreve a recomendar cuántas horas deben dormir los bebés de 0 a 4 meses. Y a partir de ahí, el intervalo en cada grupo de edad es bastante amplio. Así que no vale la pena comparar nuestro hijo con los demás. Lo importante es que, duerma lo que duerma, lo veamos crecer sano y feliz. Si durante la vigilia todo va bien, el niño está contento, activo, aprende sin problemas, etc., entonces duerme lo que necesita”.
"El método Estivill debería ser ilegal"
Seguramente hay más de una generación de niños en España, hoy ya adultos, que hayan sufrido/experimentado en sus propias carnes el famoso método Estivill. Este sistema y sus principios están recogidos en el libro Duérmete, niño, obra del médico catalán Eduard Estivill, y tiene tantos defensores como detractores.
Según este libro, a los seis meses de vida el bebé debería ya dormir solo, en su propia habitación, con la luz apagada y feliz después de que sus padres lo dejen sólo en su cuna. Además, según el bestseller, si se enseña al bebé a dormir correctamente, conciliará el sueño de 11 a 12 horas del tirón. ¿Es cierto que se puede enseñar a un bebé a dormir?
La doctora María Berrozpe es tajante: “El método Estivill debería ser ilegal. El bebé no aprenderá a dormir en absoluto. Aprenderá que está a merced de un tratamiento inconsistente por parte de sus padres, que por el día le atienden y por la noche a ratos. Aprenderá que no importa lo mal que se sienta o el miedo que tenga. No vale la pena protestar porque la reacción de sus padres no se adapta a sus necesidades, ni a las señales que él hace en consecuencia. Muchos investigadores han observado, y publicado, que los niños "estivillizados" no duermen más o mejor. Simplemente molestan menos. Despertar, se despiertan igual, pero no llaman a sus padres. Esto, a ciertas edades, es especialmente dramático.
El estrés del bebé
El médico neonatólogo especialista en neurociencia perinatal, Nils Bergman, demuestra con sus trabajos que los bebés durmiendo lejos del cuerpo de su madre no duermen de manera saludable, con una arquitectura sana del sueño, sino que se "desconectan" como respuesta al estrés insoportable que sufren. Middlemiss, profesora de psicología en la Universidad de North Texas, demostró en un artículo ya famoso y ampliamente citado que, aunque los bebés dejan de llorar, siguen sufriendo un estrés enorme. En cambio, las madres, como ya no oyen el llanto, ya no se estresan y se tranquilizan, pensando que sus bebés se han dormido. A este fenómeno se le llama desincronización y es un problema importante. La sincronización entre madre y bebé es indispensable para una crianza saludable”. El bienestar de la madre por encima del hijo.
Y es que el sueño del bebé comienza a organizarse antes de que nazca. “Los humanos comenzamos a dormir en el vientre materno (hacia el tercer trimestre) y en cada etapa de nuestra vida nuestro sueño se adapta a nuestras necesidades. No "aprendemos" a dormir, como no "aprendemos" a respirar. Lo que hacemos es adaptarnos a las condiciones que la cultura nos impone para dormir. Igual que lo hacemos para comer, por ejemplo. El sueño es un proceso altamente complejo y muy bien regulado, cuya arquitectura se adapta a las necesidades de cada momento de la vida”, sostiene la doctora María Berrozpe.
Antiguas creencias: el biberón cargado de cereales
Sin embargo, y a pesar de las evidencias científicas que muestran que en el sueño 1 +1 no son 2, se siguen teniendo en cuenta antiguas creencias que han pasado de madres a hijos, como, por ejemplo, la de que un bebé logrará dormir toda la noche si toma un biberón cargado de cereales. Berrozpe cree importante desterrar este tipo de afirmaciones, por contraproducentes y perjudiciales para el sueño del bebé.
“Aunque parezca que duerma más, su sueño podría ser, en realidad, de peor calidad. Hace unos 5 años unos investigadores observaron en un estudio publicado en el año 2015, que los bebés de su muestra alimentados exclusivamente con fórmula mostraban una arquitectura del sueño atípica, con menos periodos de sueño profundo de ondas lentas, lo que los lleva a concluir que en estos bebés dormir toda la noche sin despertares no estaría indicando una consolidación real del sueño. Por el contrario, el sueño de los bebés amamantados en exclusiva estaría relacionado con un patrón de despertares, pero también una arquitectura más estable y rica en sueño profundo, el cual estaría distribuido de manera más regular durante toda la noche", afirma.
Cambios en la leche materna
Además de esto "hoy en día se ha demostrado que la leche materna sufre cambios en su composición dependiendo de la hora del día. Y se entiende que eso ayuda al niño a desarrollar su sistema circadiano de regulación del sueño. Por lo tanto, las tomas nocturnas tienen su función más allá de la nutritiva, y sustituirlas por un biberón de leche de fórmula con cereales podría estar interfiriendo en este proceso”, aclara.
Por el mismo motivo, quitar el pecho para ver si el bebé deja de demandar leche y, por tanto, de despertarse tan a menudo, tampoco “tiene por qué funcionar. Hay familias que tienen esa impresión simplemente porque coincide en el tiempo el momento en que quitan la lactancia nocturna y el momento en que el niño empieza a consolidar el sueño nocturno porque ya le toca según su momento personal de desarrollo. Otras, en cambio, sufren más, ya que el niño sigue despertándose, pero ya no tienen esa valiosa herramienta para volver a dormirle, que era darle el pecho”, apunta Berrozpe.
Dormir del tirón
¿Pero llega el momento en que duermen del tirón? “Depende de lo que entiendas por "tirón". De nuevo te digo que hay tanta variabilidad entre niños respecto a la edad en la que consolidan su sueño nocturno, o el número de horas que duermen, que a mí no me gusta dar números. Además, como ya te digo, dependerá que consideras "del tirón". Hay gente que se conforma con que duerma entre las 12 y las 5 de la mañana y otros pretenden que "del tirón" sea entre las 8 de la tarde y las 8 de la mañana. Por lo demás, ni siquiera los adultos dormimos "del tirón". Eso es una imposición cultural relativamente reciente, y posiblemente esté creando expectativas poco razonables en cuanto a cómo debemos dormir los adultos, haciendo sentir a muchos que tienen insomnio”, opina esta experta en sueño infantil.
El colecho, salvavidas de los padres
Sin embargo, hasta que el sueño infantil se estabiliza, hay fórmulas para hacerlo más llevable. Berrozpe considera importante que el bebé/niño tenga “luz natural durante el día, todo el tiempo posible; salir y estar al aire libre durante las horas diurnas. Al atardecer, las luces de la casa deben estar en modo nocturno (si son estas modernas que tienen esta opción, si no, poner las mínimas o tratar de que sean flojas y de colores anaranjados). Nada de pantallas por la noche y el ambiente de la casa en cuanto a ruido y luz debe invitar al sueño ya al anochecer. Y lactancia materna directamente del pecho, ya que los componentes de la leche informan al cuerpo del bebé de qué momento del día está”.
Aunque el mejor método, y a la vez el más antiguo y natural, es practicar el colecho. ¿Por qué es tan efectivo este método? “¿Por qué es tan efectivo andar con los pies y no con las manos? ¿Por qué es más efectivo utilizar tus propios riñones para filtrar la sangre en lugar de una máquina de diálisis? Pues porque es lo NATURAL. El colecho es la manera natural de dormir para la especie humana. Por eso es efectiva”, insiste la autora del libro ¡Dulces sueños! Cómo lograr que tus hijos duerman tranquilos. “No es que la cuna tenga pinchos”, ríe Berrozpe, “es que en la cuna no está mamá. Y como bien dicen James McKenna, director del Laboratorio del Comportamiento del Sueño Maternoinfantil de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, y Nils Bergman: el hábitat del bebé es el cuerpo de su madre”.
Horas de sueño recomendadas
Pese a que la Academia americana de Medicina del Sueño habla de que los bebés de 4 a 12 meses deben dormir, siestas incluidas, de 12 a 16 horas; los de 1 a 2 años, entre 11 y 14 horas diarias; y los niños de 3 a 5 años, de 10 a 13 horas por día, “todo es orientativo y dependerá de cada niño, cada uno tiene un patrón de sueño diferente”.
Berrozpe lamenta “que muchos padres y madres aún se sorprendan de que su bebé no duerma del tirón casi recién nacido o con pocos meses debido a la visión idílica de la maternidad/paternidad que nos han inculcado y que no se corresponde con la realidad. Desde los anuncios de pañales (que te aseguran de que si está "seco" no se va a despertar), hasta muchos profesionales de la salud infantil que te aseguran que si a los 6 meses no duerme del tirón tiene un desorden del sueño (insomnio infantil por hábitos incorrectos, le llaman). Todo ello, junto con una absoluta ignorancia por parte de los profesionales y la sociedad en general, de lo que es realmente la naturaleza humana y, por ende, de lo que realmente necesitan nuestras criaturas, crean unas expectativas absolutamente absurdas e inalcanzables para la gran mayoría de familias”.