Termostato para climatizar la casa / EP

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Vida

Que el frío no te arruine: cinco consejos para climatizar tu casa con cabeza

Para una climatización eficiente es necesario combinar una temperatura adecuada con un buen aislamiento térmico de la vivienda

18 noviembre, 2020 18:37

Estamos a mediados de noviembre y de cada vez más se hace imprescindible el abrigo para salir a la calle, sobretodo de noche, cuando el sol deja de aportarnos el calor tenue típico de estas fechas. En los últimos años los inviernos han sido especialmente benignos, hasta el punto que en el año pasado España registró la época fría más cálida del último siglo, con una temperatura 1,8°C por encima de la media, según cifras de la AEMET.

Sea como sea, empieza a refrescar, y conviene saber unas cuantas estrategias para evitar que la factura de la luz y el gas se encarezcan en exceso, en un año en el que la mayoría de familias van más justas de dinero.

Tu casa no debe ser un horno

Hay personas que acostumbran a poner la temperatura de la calefacción muy por encima de la sensación de confort, fijada entre los 18°C y los 21°C. De esta forma, cuando en invierno entras en su casa te invade una sensación de agobio por el contraste térmico existente entre calle y el interior. Hay que tener en cuenta que por cada grado de más que se añade a la calefacción, el precio se incrementa entre un 6% y un 8%, según indica la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia (ANAE). En cualquier caso, si la temperatura de confort no se adapta a nosotros, siempre queda la opción de ponerse un jersey o un batín para lidiar con la incomodidad.

Otras recomendaciones en relación a la climatización pasan por encender los dispositivos solo en aquellas habitaciones en las que estamos en cada momento, porque no tiene sentido calentar una sala que nadie utiliza. Por otra parte, hay un hábito más o menos extendido que consiste en secar, por ejemplo las toallas de la ducha, con el radiador, un acto que reduce su eficiencia y que multiplica el gasto, debido a que para conseguir la temperatura programada, tiene que trabajar mucho más. Y recuerda, de noche, mejor no usar la calefacción y dejar que sea el edredón el que nos de calidez.

Luz solar y asilamiento

El clima mediterráneo se puede convertir en el mejor aliado para calentar la casa de forma natural.  En este sentido, lo mejor es abrir completamente las persianas durante las horas en que el sol irradia la casa, ya que de esta forma nuestro hogar se aclimatará a coste cero. También es necesario ventilar precisamente en este instante, cuando está expuestas al sol, ya que el frío del aire que entre se verá atenuado por la incidencia de la luz solar. Basta con abrir las ventanas entre 5 y 10 minutos con la calefacción esté completamente apagada, de lo contrario el gasto energético se multiplicará.

Especialmente en las casas antiguas el aislamiento de las ventanas no se adapta a los estándares de eficiencia energética de los sistemas de doble vidrio que se instalan hoy en día en muchos domicilios. Para combatir esta situación, la primera opción pasa por cambiar las ventanas, una alternativa cara, y más en el contexto económico actual.  Pero existe también la posibilidad de asilar la casa situando gomas en las ranuras de las salidas al exterior. De esta forma se consigue filtrar buena parte del aire que entra, y que obliga a que la calefacción trabaje a toda potencia para conseguir la temperatura fijada.

Adiós a las duchas eternas

A todo el mundo le gusta deleitarse en la ducha y disfrutar de esos minutos bajo la temperatura agradable del agua caliente sobre nuestros cuerpos. El problema surge cuando las duchas exceden los 5 minutos, que es la duración recomendada por la OMS, y con la que se gastan 95 litros. Cada instante de más que se tiene el grifo encendido, no solo se gasta más agua --un recurso de por sí escaso--, sino que la caldera sigue trabajando a toda potencia y derrochando gas. Lo bueno y breve, dos veces bueno, y barato.

Por lo que respecta a los suelos, es cierto que superficies de las casas acostumbran a estar frías. Esta es la temperatura natural de los materiales más usualmente utilizados, a excepción de los que son de madera natural o tratada. En este caso, la recomendación pasa por utilizar alfombras que cubran los suelos. De esta forma el frescor no se transfiere al ambiente y, por tanto, la calefacción funciona de forma más eficiente.