El uso del móvil descendió durante el estado de alarma de la pasada primavera. En concreto, su utilización cayó un 13%. Los ciudadanos estaban en casa, sí, pero optaron por otras tecnologías para saciar su aburrimiento.
El tiempo uso de los smartphones pasó de 31 horas semanales a 27, según un estudio de la consultora Nielsen. A pesar de este descenso, el móvil sigue siendo la tecnología predilecta de los españoles, y es utilizado a diario por un 95% de la población.
El consumo de ‘streaming’ gana terreno
En un contexto en el que predomina la estancia en el hogar debido a las restricciones impuestas por la pandemia, los españoles pasan un 45% de la semana en internet. El uso de la Smart TV y de los altavoces inteligentes también ha cobrado fuerza. Este dato debe entenderse dentro del aumento del consumo audiovisual, a través de las plataformas de streaming como Netflix y HBO. En total, un 74% de los encuestados se pasan una media de 28 hora semanales mirando productos audiovisuales.
Uno de los hábitos que se han ido estandarizando en los últimos años es el de la doble pantalla. Es decir, mirar la televisión mientras a la vez se está usando el móvil. En la actualidad, la expansión del transmedia o de aquellos contenidos que están disponibles en diferentes plataformas, ha fomentado este fenómeno. En este sentido, buena parte de los contenidos que se emiten en televisión solicitan la interacción del espectador a través de las redes sociales, con el fin de consolidar su fidelidad. De esta forma, el público se convierte también en usuario. Nueve de cada diez (89%) españoles ven la tele mientras están conectados a la red, y alternan su atención. Y seis de cada diez, mientras ven la televisión consultan sus redes sociales y chatean. Los españoles dedican 11 horas semanales a las redes y aplicaciones de mensajería.
El mundo online da para más
Aparte de usar las redes sociales, los españoles también emplean el mundo online para hacer otras actividades, entre las que destacan consultar la actualidad, escuchar la radio o consumir música. Ocho horas semanales. Le siguen las compras por internet, (seis horas), y las videollamadas (cinco horas). Estas dos últimas opciones han experimentado un gran crecimiento en el marco de una pandemia que nos mantiene alejados de amigos y seres queridos, y en las que el miedo a contagiarse ha provocado que muchas personas eviten hacer compras de forma presencial.
De acuerdo con otro trabajo de Nielsen, el e-commerce creció un 75% durante los meses de confinamiento estricto. A esta cifra se suma que el 11,95% de los compradores online durante el aislamiento no habían utilizado antes este método. Además, un 41% de los compradores digitales obtuvieron productos en tiendas en las que nunca antes lo habían hecho.
El contraste generacional
Las personas consultadas por este medio confirman estos datos. Pero se observa un contraste generacional. Un grupo de milenials asegura que durante la reclusión el uso que hacían del móvil se incrementó, sobre todo para mantenerse en contacto con sus amigos. También determinan que en muchas ocasiones utilizaban el smartphone para consumir streaming en soledad y así alejarse de las personas con las que convivían.
Por su parte, las personas más mayores aseguran que durante el confinamiento experimentaron un mayor desapego hacia el móvil. Incluso en algunos momentos, directamente decidían apagarlo. Carolina trabajaba desde casa, y en algunas ocasiones el volumen de mensajes era tal “que optaba por apagarlo una hora, y estar un poco relajada”, pero luego, cuando lo volvía a encender, “era mucho peor”.