El Govern limitará la capacidad de las misas a 100 personas tras la masiva beatificación que tuvo lugar ayer sábado, 7 de noviembre, en la Sagrada Familia de Barcelona. El Departamento catalán de Justicia, que comanda Esther Capella (ERC), propondrá eucaristías con un máximo de 100 asistentes durante la pandemia. Quiere evitar, defiende la Consejería, imágenes como las del masivo acto religioso de ayer, que tuvo lugar pese al cierre perimetral de la Ciudad Condal.
Ante ello, la Generalitat de Cataluña busca compatibilizar la libertad religiosa con el control de la situación epidemiológica. La solución la impulsará Justicia, que pedirá al Procicat misas de un máximo de 100 personas. Será el organismo coordinador de la respuesta a las emergencias en Cataluña el que decidirá si la propuesta tiene tino.
Beatificación con 600 asistentes
La medida anunciada por el departamento de Asuntos Religiosos del Govern llega horas después de que otra Consejería, la de Salud, anunciara que abre expediente al Arzobispado de Barcelona por una beatificación con 600 personas celebrada en la Sagrada Familia.
La liturgia contaba con permiso del Procicat, pero generó una tormenta en las redes sociales que obligó a la consellera del ramo, Alba Vergés, a tomar posición. No en vano, sectores como la restauración, la cultura --incluyendo cines y teatros--, los salones de estética o los gimnasios están cerrados por orden gubernativa.
Omella se defiende
Las imágenes de la ceremonia dedicada a Juan Roig Diggle corrieron como la pólvora y han obligado al Arzobispado a defenderse. El gobierno de la archidiócesis ha recordado que el acto religioso contaba con permisos y que los asistentes siguieron las medidas de seguridad. Aforo limitado al 30%, distancia entre ellos y el uso de mascarillas.
También ha trascendido que al acto acudieron representantes del Gobierno catalán y al menos dos concejales del Ayuntamiento de Barcelona: el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, y el concejal de Derechos Ciudadanos, Marc Serra.