El Govern investigará una concurrida beatificación celebrada en la Sagrada Familia hoy sábado, 7 de noviembre, en pleno confinamiento perimetral de Barcelona. El Departamento catalán de Salud examinará si el evento, al que asistieron 588 personas, cumplió con las restricciones de contención del coronavirus.
La Consejería que pilota Alba Vergés abrirá un expediente al Arzobispado de Barcelona por el riesgo epidemiológico que podría haber conllevado la celebración del acto religioso. Por lo pronto, desde el Departamento aseguran que la beatificación generó un peligro "injustificable en la situación actual". También ha anunciado Salud que "reforzará las medidas" para que este tipo de eventos "no vuelvan a suceder".
La oposición criticó el acto
La reacción del Departamento catalán de Salud de abrir expediente al Arzobispado por la beatificación de Juan Roig Diggle llega después de las críticas de la oposición a una liturgia que ha reunido a casi 600 personas cuando rige en Barcelona un confinamiento perimetral y el cierre de bares, restaurantes, cines, teatros y gimnasios, entre otras medidas.
La propia presidenta de En Comú Podem (ECP) en el Parlamento catalán, Jèssica Albiach, se ha preguntado "donde está la coherencia en las restricciones" contra el coronavirus. También ha interpelado a la titular de Salud, Alba Vergés, recordándole que los cierres "son cuestión de prioridades". Albiach ha querido enviar un mensaje de apoyo al sector cultural. "La cultura es segura", ha manifestado la diputada.
La misa tenía permiso del Procicat
Cabe recordar que la beatificación de Juan Roig, un religioso fusilado en los primeros compases de la Guerra Civil en 1936, se ha celebrado cuando Barcelona está confinada perimetralmente, como lo están el resto de municipios catalanes. Los desplazamientos están limitados a esenciales, laborales o excepciones dictadas por el Procicat.
Precisamente, el organismo coordinador de las emergencias en Cataluña autorizó al Arzobispado a celebrar la beatificación al argumentar el gobierno de la archidiócesis que el aforo se limitaría al 30%, habría distancia de seguridad entre asistentes y éstos portarían mascarilla. Ante ello, el Procicat autorizó la reunión, que se ha celebrado.