Un segundo encierro domiciliario es la medida más aceptada entre los especialistas y epidemiólogos para frenar el avance del coronavirus, cuya segunda ola amenaza con colapsar, de nuevo el sistema de salud. La conclusión que se obtiene tras escuchar a los entendidos es que la mayor parte de recetas que se están aplicando llegan tarde y son insuficientes, por lo que volver a meter a la gente en sus casas parece la solución más efectiva.
Sin embargo, tanto el conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Damià Calvet, como el ministro de Sanidad, Salvador Illa, descartan “por ahora” un aislamiento domiciliario en Cataluña. Calvet destacó el lunes en Ràdio 4 que ha bajado el riesgo de reproducción, y afirmó que cuando este lleve unos días por debajo del 1 se podrán “rebajar las medidas severas”, mientras que Illa asegura que con las restricciones actuales “se puede controlar la pandemia”: “Por ahora no prevemos el aislamiento”.
Medidas más contundentes
Entre los más contundentes a la hora de recomendar una reclusión global se encuentra el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar, el doctor Juan Pablo Horcajada, quien teme que esta segunda ola adquiera tintes parecidos a los de la primera. “Lo que estamos viendo en los hospitales es que se necesitan medidas muy contundentes ya y que vamos tarde. Si estas medidas son suficientes o no, yo diría que cuanto más se haga, mejor”, ha declarado a la ACN.
En esa misma línea se muestra Magda Campins, jefa de Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, quien tampoco ve demasiados motivos para el optimismo y cree que va a ser complicado evitar lo que nadie quiere que ocurra. “Tenemos unos días de margen, pero no muchos. Si esta semana siguen aumentando los ingresos en la uci no se deberá retrasar la adopción de medidas más estrictas”, señaló en Catalunya Ràdio.
Cuanto antes, mejor
El jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar duda de que las nuevas restricciones, que incluyen el aislamiento perimetral por municipios los fines de semana sean “suficientemente eficientes”, porque, en su opinión, “llegan un poco tarde”. Sé que se busca un equilibrio entre la economía y la sanidad, pero, en este momento, casi diría de hacer un aislamiento completo, breve, para intentar dar un golpe fuerte y después ver si se puede escalonar poco a poco”, explica.
El doctor Horcajada advierte de que los datos de contagios de los últimos días son muy preocupantes y que los resultados de las nuevas medidas no se reflejarán tan pronto como querríamos. "Esto es como una locomotora que va a toda pastilla y que intentas frenar pero que se tardará un tiempo. Cuanto antes pongas freno, mejor se detendrá. Y ahora va desbocada”, argumenta.
Reducir aún más la movilidad
Clara Prats, investigadora de la UPC, está convencida de que las últimas medidas “harán efecto” y que es posible que hayan ayudado a frenar el aumento de los rebrotes, pero “no son suficientes”. “Tenemos que conseguir reducir la actividad diurna para conseguir un efecto real. Con el aislamiento nocturno ha disminuido notablemente la actividad por la noche y una parte de las infecciones se asocian a este tipo de acciones. Pero nos falta reducir aún más la actividad durante el día, ahora mismo tenemos el mismo nivel de movilidad que en agosto en Barcelona y deberíamos tener la movilidad que teníamos a mediados del encierro, en mayo”, aseguraba a Nius la semana pasada.
Joaquín López Contreras, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas de Vall d’Hebron, tampoco cree que las medidas que se están aplicando sean suficientes. “Parece que en Madrid, que es un poco la avanzadilla, han bajado las cifras, pero siguen muy altas”, opina para expresar cierto escepticismo.
Acelerar la frenada y una recomendación
Por su parte, profesionales de Biocomsc, el equipo de biología computacional de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), apuntan también a que las cifras invitan a observar una leve mejoría, pero que hay que acelerar la frenada para que las medidas restrictivas se noten también en hospitales y CAP, a los que la situación está llevando al límite. “Noticia importante: podemos confirmar que el crecimiento de la epidemia ha caído desde 1,4-1,5 hasta 1,2 con datos hasta el 27 de octubre. Recordamos, para que la epidemia no crezca, hay que bajar a R=1”, resumía en un tuit Biocomsc.
Especialistas en epidemiología y en aerosoles alrededor del mundo llevan meses reclamando a los gobiernos medidas más contundentes para evitar los contagios por vía aérea. Además de la distancia de seguridad, higiene y mascarillas de uso diario, la ventilación es una de las claves para frenar las infecciones por coronavirus. La investigadora en aerosoles atmosféricos del CSIC, María Cruz Minguillón, subrayó la importancia de estas medidas, y sugiere una más. “Sería ideal que en el metro indicaran ‘Silencio siempre’, declaró en el programa Via Lliure de RAC1. Según asegura, “callados y con la mascarilla bien ajustada, el riesgo baja muchísimo”.