El toque de queda decretado en Cataluña entre las diez de la noche y las seis de la mañana provoca un cambio de hábitos que en muchos casos incluye el adelanto de la hora de cena. Y aunque se trata de una situación coyuntural, impulsores de la reforma horaria ven una oportunidad para recuperar el desfase de dos horas que España arrastra desde el franquismo, siempre y cuando se respete la libertad individual.

“La reforma horaria se plantea desde modelos flexibles, desde la libertad de escoger horarios teniendo en cuenta la salud, la equidad y la eficiencia. El toque de queda es una oportunidad, pero no la vía deseable para transformar la organización del tiempo de vida cotidiana. No es deseable porque querría decir que no mejora la situación de la pandemia, aunque sí permitiría, aunque sea contradictorio, una ventana de oportunidad para un eventual cambio de hábitos”, explica Fabián Mohedano, impulsor de la Iniciativa para la Reforma Horaria (IRH) en Cataluña.

El promotor de la reforma de los horarios para mejorar la conciliación Fabián Mohedano / CG

Los trabajos de la IRH sirvieron de base del plan nacional que la Generalitat elaboró en 2017 con la vista puesta en cambiar los hábitos ciudadanos en 2025. Sin embargo, quienes abogan por el ajuste al horario europeo son conscientes de las dificultades de su proyecto, pues exige la implicación de empresas, ciudadanos y administraciones.

 

“La ciudadanía –añade Mohedano-- podría cenar en la franja de 19:30 h a 21:30 h en un restaurante, hasta ahora impensable, ya que podría llegar a ser (o ya es en según qué comunidad autónoma) la única posibilidad. Podrían descubrir que tampoco está tan mal y que tiene unos beneficios claros sobre la calidad de vida, a través de una mejor calidad del sueño”.

En definitiva, precisa en impulsor de la reforma horaria, “todo dependerá del tiempo que dure, de la capacidad de adaptación del comercio y consumo a las nuevas franjas horarias y de la conciencia de la gente al ver la parte positiva de esta nueva realidad / oportunidad”.

Marta Junqué, co-coordinadora de la Barcelona Time Use Initiative for a Healthy Society

Marta Junqué, co-coordinadora de la Barcelona Time Use Initiative for a Healthy Society, que recogió el legado de la IRH, coincide con Mohedano en la necesidad de respetar la libertad individual.

“Nosotros queremos una transformación a fondo de los horarios de la vida cotidiana, para garantizar más salud, más bienestar y más eficiencia, pero sobre todo basado en la libertad individual. El toque de queda es una circunstancia excepcional que no es deseable para transformar la sociedad. Pero lo que sí podemos hacer es dar unas recomendaciones a la ciudadanía para acercarnos a los horarios que tienen la mayoría de países del mundo”, explica a Crónica Global.

En primer lugar, aprovechar la nueva situación para “intentar, quienes puedan, tener horarios de comida más alineados con los ritmos circadianos. Somos la población europea que come más tarde y cena más tarde. Por ejemplo, Portugal o Italia, países que están en la misma latitud que nosotros, comen mucho más temprano”.

Dormir más

En segundo lugar, Junqué aconseja aprovechar estas circunstancias extraordinarias “para dormir más y descansar más. Dormimos una hora menos que el resto de europeos, según la Sociedad Española del Sueño. Es fundamental dormir más para tener más salud y menos estrés”.

A nivel colectivo, la experta subraya la necesidad en compactar la jornada laboral. “Somos los que más horas trabajamos a la semana y de una forma más alargada en el tiempo. Es un buen momento para que patronales y sindicatos pacten esa compactación”, dice Junqué. Por último, se debería redefinir el prime time, tanto de cultura como de televisión. “Los horarios en este ámbito deberían avanzarse, como se hace en el resto del mundo”.

Todos estos temas se debatirán en la Time Use Week 2020, que se celebra de forma online del 23 al 27 de noviembre [el programa se puede leer en este enlace], donde se hablará de las medidas legislativas creadas durante la pandemia y se presentarán estudios internacionales sobre los cambios horarios de los ciudadanos durante la pandemia del Covid-19.