Lamentablemente, el robo de identidad sigue siendo uno de los delitos más extendidos en la actualidad, especialmente en el ámbito digital. Nuestros datos personales están más expuestos que nunca antes a través de las diferentes cuentas y suscripciones que tenemos en toda una serie de plataformas online.

Una persona promedio contaba con 90 cuentas online en 2015, y esta cifra solo ha aumentado desde entonces. Lo peor es que gran parte de estas cuentas permanecen inactivas o incluso las hemos olvidado, con lo que ni siquiera nos daríamos cuenta si alguien lograra acceder a ellas para obtenere nuestra información.

¿Qué es el robo de identidad?

El robo de identidad no consiste específicamente en el hackeo de las cuentas de una persona para obtener sus datos personales, sino en el uso de esos datos personales para hacerse pasar por esa persona.

Los objetivos para hacerlo pueden variar. Vemos a continuación las tipologías más comunes

Utilización de cuentas

Este es quizá el tipo de robo de identidad más común en internet. Un hacker obtiene acceso a la cuenta de un usuario y la utiliza en su propio beneficio.

Cuando los hackers obtienen acceso a tus cuentas, pueden modificar tus suscripciones, realizar compras en tu nombre o hacerse transferencias directas, en función de la cuenta que haya sido hackeada.

Creación de cuentas

Si el hacker dispone de tus datos personales, es posible que los utilice para crear nuevas cuentas en el futuro. De esta forma podrá usar las nuevas cuentas con propósitos ilícitos sin correr el riesgo de sufrir consecuencias penales por hacerlo.

Incluso podría usar estas nuevas cuentas para realizar ataques de phishing o hackear a otros usuarios en el futuro.

Robo de identidad criminal

Este tipo de robo de identidad ocurre normalmente fuera del ámbito digital, cuando una persona se hace pasar por otra frente a un agente policial, por ejemplo utilizando un documento falso o un pasaporte robado.

También puede realizarse para alquilar vehículos o maquinaria, o incluso adquirir armas cortas y, como los anteriores, puede causar serios problemas a la persona afectada.

¿Cómo prevenir el robo de identidad?

El robo de identidad es imposible de prevenir completamente, porque nuestros datos están registrados en docenas de plataformas distintas sobre las que no tenemos control. Una filtración en una de ellas dejaría nuestros datos expuestos sin que podamos hacer mucho para evitarlo.

Sin embargo, hay toda una serie de medidas que podemos adoptar para ponérselo mucho más difícil a los hackers y reducir al mínimo el riesgo del robo de nuestra identidad.

1. Usar contraseñas robustas y únicas

El uso de contraseñas robustas es desde hace tiempo una completa necesidad para poder gestionar nuestras cuentas online de forma segura. Las contraseñas simples como el nombre de nuestra pareja o nuestro año de graduación son fáciles de hackear mediante un ataque de diccionario o mediante simple deducción. Una contraseña robusta debe estar compuesta por caracteres que alternen al azar mayúsculas, minúsculas, números y símbolos. Además, es fundamental que utilicemos una contraseña diferente para cada cuenta que tengamos en internet. En caso contrario, un hackeo en una sola de nuestras cuentas le daría a un hacker el acceso a todas las otras.

2. Usar una VPN

Una VPN te permitirá redirigir tu conexión a través de servidores seguros con una encriptación robusta. De esta forma, toda la información que envíes o recibas a través de tus dispositivos estará encriptada y protegida frente a posibles hackeos. Incluso si un hacker consigue acceder a la red desde la que te conectas, no podrá interceptar tu información por encontrarse encriptada, de manera que no logrará tener acceso a tus contraseñas ni a tus nombres de usuario. Una VPN, además, ocultará tu IP a las webs y plataformas que visites, lo que ayudará a proteger tu privacidad aún más.

3. Destruir los documentos personales

Aunque resulte difícil de creer, muchos robos de identidad se producen a partir de la obtención de documentos personales lanzados a la basura por sus propietarios. Copias de facturas o recibos de la luz pueden incluir nuestro nombre completo, dirección, teléfono y correo electrónico, datos más que suficientes para un robo de identidad. Antes de lanzar estos papeles a la basura, asegúrate de que los destruyes convenientemente para que resulten ilegibles.

4. Evitar las redes públicas

Por último, recuerda que es fundamental evitar las redes públicas para garantizar la seguridad de tus dispositivos, así que no utilices el Wi-Fi de las cafeterías o los aeropuertos salvo que sea totalmente indispensable hacerlo. Evita también los dispositivos USB que no sean de tu confianza, porque pueden estar infectados con malware capaz de robar tus datos o abrir una puerta trasera en tus sistemas.

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Elaborado en colaboración con PR Consultancy