El restaurante El Mordisco, que anunció públicamente la resistencia a cerrar sus puertas por la prohibición de la Generalitat, en vigor desde este sábado, ha sido finalmente clausurado y multado por la Guardia Urbana de Barcelona.
La propietaria del establecimiento, Rosa Esteva, explicó en varios medios de comunicación que no cumpliría la orden del Gobierno autonómico, decretada como medida temporal para frenar la expansión del coronavirus. El motivo era que el local está dotado de una máquina que renueva el aire de forma permanente, lo que garantiza la seguridad de los clientes.
Pruebas a los empleados
Esteva aseguró que el restaurante tenía un nivel de seguridad propio de un quirófano, toda vez que la máquina instalada, que supuso una inversión de más de 30.000 euros, es similar a la instalada en las salas de operaciones de los hospitales.
Además, la empresa costea pruebas para todos los trabajadores cada 15 días, con el fin de reforzar su seguridad y la de los clientes.
¿Cierre definitivo?
Sin embargo, ninguno de estos factores ha impedido la actuación de la Guardia Urbana, que procedió en la tarde del sábado a verificar que El Mordisco daba servicio a clientes en el interior del local, por lo que procedió a su cierre y la propuesta de la correspondiente sanción.
Está por ver si esta circunstancia supone el fin del restaurante situado en el Eixample barcelonés, tal y como dijo su propietaria, quien afirmó que si la autoridad le obligaba a cerrar no se resistiría pero no lo haría de manera temporal sino definitiva. Por ahora, y hasta el fin del cerrojazo, deberá limitarse a servir comida a domicilio.