La Universidad de Barcelona (UB) está inmersa ya en un proceso electoral que culminará, si el Covid-19 no lo impide, con la segunda vuelta prevista para el 3 de diciembre. Ese día conoceremos al nuevo rector de la universidad, que tendrá que afrontar diferentes retos externos como la estabilidad laboral, la investigación y, sobre todo, la financiación de la UB, además de preservar la autonomía universitaria.
Sin embargo, también tendrá que hacer frente a retos internos, porque a pesar de estar convocadas las elecciones, el nuevo rector tendrá que asumir un contrato [consultar aquí] de “servicios de asesoría en comunicación, representatividad pública, proyección y opinión para la UB”. Este contrato se adjudicará en breve hasta el 21 de enero de 2021, es prorrogable durante cuatro años y tiene asignada una cuantía de 4.477 euros al mes incluido el IVA. En cuatro años, más de 200.000 euros.
Nadie da explicaciones sobre los requisitos
En ámbitos universitarios ha extrañado esta convocatoria de contratación. Por eso, uno de los candidatos, Joan Guàrdia, preguntó en el último Consell de Govern por ella. Por toda respuesta obtuvo la del gerente, que no concretó ni justificó el porqué de los requisitos del contrato.
Fuentes consultadas no dudan en manifestar que “esta respuesta nunca llegará. Actividad telemática por la pandemia y elecciones, es un cóctel perfecto para que nadie diga nada y se consume una contratación como mínimo sospechosa”, afirman.
¿Un contrato hecho a medida?
David Vallespín, también candidato al rectorado, ha mostrado públicamente su sorpresa porque la “estrategia de comunicación de la UB la tiene que definir el nuevo rector con su equipo”. Otros representantes universitarios, que prefieren el anonimato, levantan más sospechas: “Parece un contrato hecho a medida”. Por su parte, Joan Guàrdia insiste en que “no parece lo más adecuado resolver este concurso con un rectorado en funciones y a pocas semanas de las elecciones”
Formalmente, la Oficina de Contratación de la Generalitat ha dado el visto bueno a la convocatoria, pero no deja de sorprender que para llevar la “asesoría al rectorado de la Universidad de Barcelona en relación a la comunicación, representatividad pública, proyección y opinión de la UB, consistente en asesoría y revisión de documentos, apoyo en informes escritos al rectorado, colaboración en la comunicación y opinión de la UB y la relación y presencia en los medios de comunicación”, según reza en los pliegos, se requiera, nada más y nada menos, que “una experiencia personal mínima de diez años [...], mediación, psicología [...], sociología y prevención de riesgos”.
Un asesor en comunicación muy polifacético
Evidentemente, se exige a las ofertas que se presenten experiencia en periodismo y comunicación estratégica. Sin duda, ser experto en mediación, psicología, sociología y prevención de riesgos son materias que nada tienen que ver con la estrategia de comunicación de la Universidad de Barcelona. En la universidad hay quien tira de guasa: “Será el primer asesor en comunicación que podrá actuar en riesgos laborales”.
A pesar de la ironía, las alertas han saltado en la comunidad universitaria y algunos señalan a los criterios de puntuación. “Cómo es posible que se valore con puntos simplemente una afirmación, sin posibilidad de comprobación, de disponibilidad total. Eso solo se puede comprobar si has estado contratado ya por la universidad”. Ciertamente, una de las empresas que se presentan es la actual adjudicataria del contrato que ha trabajado con el rector, Joan Elias, que podría tener asignados de entrada 8 puntos por estos conceptos.
Criterios subjetivos
Las sospechas se extienden a otros criterios de valoración que “ciertamente son muy subjetivos”, apuntan fuentes universitarias. El contratado dependerá de la Oficina de Prensa de la UB, cuya responsable es la presidenta suplente del tribunal de contratación. El titular es el vicerrector de Comunicación, Francisco Esteban, doctor en Pedagogía y profesor de Teoría e Historia de la Educación, materias que distan mucho de ser un experto en comunicación institucional.