Casi la mitad (49%) de las agresiones sexuales a mujeres fuera de la pareja son a manos de amigos o conocidos. Así lo revela la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2019 publicada este jueves por el Ministerio de Igualdad. Esta es la sexta macroencuesta realizada en España y supone la mayor base estadística de datos sobre violencia machista en el país.
Este es el primer año en el que se incluyen datos sobre la violencia sexual fuera de la relación de pareja, y han arrojado estadísticas alarmantes sobre las agresiones a las mujeres en su entorno más cercano. El 39,9% de las denuncias por acoso o stalking son contra amigos y conocidos, mientras que el 34,6% de los casos de acoso sexual también tienen el rostro de personas del entorno de la víctima. Además, el 21,6% de los casos de violencia sexual fuera de la pareja los llevan a cabo familiares.
Edad y vergüenza, factores que frenan las denuncias
Más de la mitad (57,3%) de las mujeres mayores de 16 años han sufrido algún tipo de violencia machista en su vida. Sin embargo, solo un 8% de las víctimas de violencia sexual fuera de la pareja denunciaron estos hechos en 2019. Del mismo modo, el 21,7% de las agresiones dentro de la pareja terminaron en conocimiento de las autoridades policiales y judiciales.
Según los datos que refleja el estudio, el 35,4% de las mujeres que sufrieron violencia sexual no denunciaron alegando el motivo de que “era menor, era una niña”, y el 25,9% sintió vergüenza. De las mujeres que sufrieron violación, el motivo más citado para no denunciar es la vergüenza (40,3%), y, el segundo, que eran menores cuando tuvo lugar la violación (40,2%). El 84,1% de las víctimas de violencia sexual y el 67,2% de las mujeres que han sufrido una violación no han buscado ayuda formal tras lo sucedido.
Secuelas para la salud física y mental
Los efectos de una violación para la salud mental son alarmantes: el 78,9% de las víctimas admiten que están sufriendo consecuencias psicológicas. El 26,6% de ellas han consumido alguna sustancia (medicamentos, alcohol o drogas) para afrontar lo sucedido, y el 38,2% han tenido pensamientos de suicidio alguna vez.
En cuanto a las secuelas físicas, una cuarta parte de las mujeres que sufrieron una violación ha tenido cortes, rasguños, moratones o dolores, y el 18,7% lesiones en los genitales. Según el Ministerio de Igualdad, “estos datos contrastan con la creencia popular de que una violación tiene que dejar secuelas físicas visibles”.
Niños vulnerables ante la violencia de género
El 51,7% de las mujeres que han sufrido violencia física, sexual, emocional o miedo afirma que sus hijos también sufrieron violencia a manos de la pareja. Según los datos que refleja la macroencuesta, 1.678.959 menores viven en hogares en los que la mujer está sufriendo en la actualidad algún tipo de violencia en la pareja. De estos, 265.860 conviven en entornos en los que se dan agresiones físicas o sexuales a sus madres.
En el 89,6% de los casos de violencia en la pareja, los hijos eran menores de edad cuando sucedieron los episodios de malos tratos. Sin embargo, el 21,9% de las mujeres que retiran una denuncia contra su maltratador lo hacen porque “es el padre” de sus hijos.
Novedades de la macroencuesta
La delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, ha explicado en una rueda de prensa las novedades incluidas en la macroencuesta de 2019: “Por primera vez se miden el acoso sexual y el acoso reiterado” y, además, “se han incrementado las preguntas sobre la violencia sexual fuera de la pareja, incluyendo muchos más tipos”. Se han incluido preguntas “que antes solo se hacían en la violencia en la pareja o expareja” y detalles de los episodios sufridos, las agresiones en grupo y los lugares donde se cometen.
Rosell también ha referido la ampliación de los indicadores de violencia en la pareja “para medir violencia sexual, violencia psicológica y violencia económica, en la pareja o expareja”. Otra de las novedades han sido las preguntas sobre los efectos de la violencia a la mujer en su salud y la incidencia en grupos de mujeres más vulnerables a la violencia.