Jaime Carvajal ha fallecido. Fue banquero, directivo y hacedor de acuerdos e impulsor de muchos proyectos. Jaime Carvajal y Hoyos hacía tantas cosas y era tan humilde que una de sus labores más importantes siempre ha quedado, probablemente de forma voluntaria, fuera del foco, la de ser una de las personas que en Madrid más y mejor defendía Cataluña.
Jaime podía salir hoy en la portada del mejor papel couché y mañana en la de un diario económico porque su vida ha sido, ante todo, polifacética. Hijo del marqués de Isasi y de la marquesa de Almodovar del Río, casado con la marquesa de Meribel, yerno del marqués de Griñón,… asumió que ser noble es ante todo una obligación de ser mejor. Tal vez por ello su madre fue una de las dos nobles españolas que elevó al comité de derechos humanos de la ONU la discriminación de la mujer en la sucesión de los títulos nobiliarios en una demostración de que no es necesario berrear y hablar en inclusivo para ser feminista de verdad. Monárquico por tradición, pero sobre todo por amistad con el actual Rey, lo mismo que su padre, compañero de pupitre en las Jarillas, lo fue del viejo Rey, ha sido una de las voces de confianza del jefe del estado quien le transmitía una visión clara pero sosegada de Cataluña. Jaime siempre ha creído que Cataluña tenía solución.
La actividad de Arcano
No es un hecho menor que haya pertenecido a la anterior junta directiva del Círculo de Economía, que era miembro de la Fundación Príncipe de Girona, que era socio del Círculo Ecuestre, del consejo asesor del Grupo Godó, patrono de la fundación Joan Boscá y presidente de la fundación Juntos Sumamos. Si todavía existe una sociedad civil activa en Barcelona, sin duda Jaime era una parte muy importante de ella, aunque residía en Madrid.
Jaime llegó a Barcelona desde el Banco Mundial para dirigir la unidad de banca privada de Banc Sabadell y encajó perfectamente con las “familias” más importantes de nuestra ciudad. Sin duda no solo era su banquero sino que se hizo amigo de un buen número de “patricios” de Barcelona con los que siguió manteniendo relación una vez dejó Barcelona para fundar Arcano.
Consejero del Rey
A Jaime le dolía la desaparición del papel de la burguesía catalana en la vida social y su acomodamiento ante los vientos dominantes. No acababa de entender cómo se puede permanecer impasible ante el deterioro y la degeneración económica, social y cultural que nos rodea. Y por ello se implicaba todo lo que podía y más, mucho más que muchos catalanes por apellido y residencia pero que en los últimos años se preocupan fundamentalmente de su bolsillo. Es lo que tiene una sociedad donde quienes eran líderes sociales son hoy, ante todo, rentistas.
Sin duda hemos perdido un elemento cohesionador y una voz cualificada sobre Cataluña que se hacía escuchar en Madrid. El Rey pierde a un gran consejero y, sobre todo, a un buen amigo.
Hoy Cataluña está más huérfana que antes de su fallecimiento. Jaime, descansa en paz.