Los Mossos d'Esquadra se vieron obligados a disparar su pistola eléctrica contra un hombre de 52 años y nacionalidad rumana que trataba de okupar un piso del barrio de Sant Antoni, en Barcelona, dada la agresividad con la que respondió cuando los agentes intentaron desalojarlo.
El okupa sacó un cuchillo por la puerta y amenazó a los policías que se personaron y, posteriormente, amagó con usarlo para quitarse la vida. Una vez detenido por el cuerpo policial, en la comisaría, volvió a enfrentarse con los agentes, causando lesiones leves a dos de ellos. Una reacción que no sorprende al ver su hoja de antecedentes policiales, ya que ha sido arrestado en otras 19 ocasiones.
Los vecinos alertaron a la dueña
Tal y como ha informado El Periódico, sobre las 18.30 horas del martes los vecinos de un bloque situado en la calle de Marqués de Campo Sagrado de Barcelona vieron cómo un presunto okupa trataba de cambiar la cerradura de la puerta de entrada en una de las viviendas del edificio, por lo que decidieron avisar a la propietaria.
La dueña, que reside en otro domicilio y tenía esa casa vacía en verano, llamó a los Mossos d'Esquadra asegurando que ella no había dado permiso a nadie para cambiarla, por lo que una patrulla de Seguridad Ciudadana se personó en el lugar. Pero, cuando llegaron, no había ni rastro del cerrajero.
Una descarga acabó con la okupación
Los agentes optaron por llamar al timbre y el okupa les abrió la puerta como si nada. Le explicaron que habían hablado con la propietaria y que lo que estaba haciendo era considerado un delito de okupación de inmueble, por lo que debía marcharse de la vivienda. Pero el hombre se negó a abandonar el piso.
En lugar de salir, el detenido sacó un cuchillo con la puerta entreabierta y amenazó con usarlo si trataban de acceder al inmueble, tanto para clavárselo como para suicidarse. Con lo que no contaba el asaltante era que uno de los agentes era el jefe de turno del distrito del Eixample, el único cargo autorizado para hacer uso de las pistolas eléctricas. Dada la actitud del delincuente, el policía usó la herramienta y acabó con el intento de okupación.
En la comisaría agredió a dos agentes
Con una sola descarga, el okupa cayó al suelo desconcertado y los agentes pudieron reducirlo y esposarlo. Pero, lejos de acabar con el incidente, el detenido se volvió a encarar una vez recuperado de la descarga. Ya en la comisaría de Les Corts, el hombre agredió a los funcionarios del área de custodia de detenidos, hiriendo a dos de ellos.
Debido a este segundo incidente, al okupa se le han añadido cargos por atentar contra dos agentes de la autoridad que se suman al delito de okupación de inmueble por el que había sido arrestado. En los próximos días, el acusado --que ya cuenta con 19 antecedentes policiales-- declarará ante el juez.