La preocupación de una parte de la población por el fenómeno de la okupación ilegal ha crecido durante estos últimos meses, pero existen medidas preventivas. Cataluña tuvo un total de 203 demandas por okupaciones de viviendas en juzgados de Primera Instancia e Instrucción durante el primer trimestre de 2020. Esto la situaba como la comunidad autónoma con el mayor número de demandas, el 22,3% del total nacional.

Según datos del Ministerio del Interior, entre enero y julio se produjeron 7.450 denuncias por okupación en España, un promedio de 40 diarias. El aumento de las viviendas ocupadas podría deberse a la reclusión de la población por el Covid-19, que dejó expuestas las segundas residencias a la entrada de okupas. Para controlar la situación, los cerrajeros proponen tres acciones preventivas para complicar el acceso a los allanadores.

Cilindro de seguridad 'antibumping'

Muchas cerraduras de las viviendas de España (el 80% aproximadamente) están obsoletas y se pueden abrir de forma silenciosa en menos de un minuto. Los okupas acceden con métodos como el bumping y el impresioning, la apertura de la puerta sin la llave del propietario y sin necesidad de forzar la cerradura de seguridad.

Al usar cilindros de seguridad en las cerraduras, los okupas tienen bastante más complicado el acceso, ya que tiene que utilizar fuerza y herramientas complejas. Además, hacen ruido y pueden alertar a los vecinos.

Cerrojo adicional

Las puertas blindadas tienen la posibilidad de añadir un cerrojo adicional a la cerradura principal de la puerta con la misma o distinta llave. Las puertas acorazadas no lo requieren.

Solo con el hecho de encontrar dos llaves en la puerta, el okupa ya queda desalentado, ya que le requiere mayor tiempo y esfuerzo para acceder.

Puerta acorazada de calidad

Para terminar, una de las soluciones más recomendables para fortalecer la seguridad es instalar una puerta acorazada, mínimo de grado 3, con una cerradura que también tenga garantías.