La dirección del colegio de élite La Miranda ha roto su silencio para defender su gestión de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) frente a la denuncia de una parte del profesorado. Josep Maria Albó, socio y administrador del centro educativo, ha explicado a Crónica Global cómo reaccionaron frente al cierre de las escuelas ordenado por el Gobierno a mediados de marzo. "La sorpresa fue total dado que la situación era excepcional y apenas sabíamos nada concreto de las reestructuraciones. Nuestra consigna fue clara: intentar que el máximo de gente siguiera activa y facilitar el teletrabajo", relata.
Albó desmiente que se eligiera de forma arbitraria al personal afectado por el expediente, tal y como denuncia parte del claustro. La Miranda señala que trazó un plan basado en la "educación telemática", cuestión que también ha propiciado las quejas por parte de un grupo de pradres, y la "priorización de los recursos humanos". "En la secundaria, el teletrabajo fue del 100%, casi igual que en primaria aunque algún profesor entró en ERTE a tiempo parcial", indica el directivo, "las dificultades llegaron en la etapa primaria, donde consideramos que con los profesores titulares bastaba para atender a los niños entre uno y cinco años". Justifica que el único colectivo que entró de forma global en ERTE fueron los docentes auxiliares que colaboran en la enseñanza de los más pequeños, además del personal de comedor.
Apoyo económico a los profesores
Tampoco es verdad, según la versión que defiende Albó, que se prometiera complementar el 30% del sueldo no cubierto por la prestación de desempleo a todo el claustro. "Se pensó en un complemento ajustado a la cantidad de tiempo que cada empleado trabajó durante el confinamiento", señala. Mantiene que esta situación se explicó de forma clara a los profesionales por parte de la cúpula directiva y los coordinadores académicos aclararon las dudas de los trabajadores que se les acercaron.
El empresario pone en valor que, pese a que el ERTE se activó con fecha de 13 de marzo, todos los trabajadores afectados cobraron como anticipo el 100% de su nómina ese mismo mes. Esta cantidad se ha equilibrado en los meses sucesivos para favorecer "una liquidación positiva para el empleado". Por último, el administrador lamenta que "la avalancha de expedientes en las oficinas de empleo" haya generado algunas situaciones de impago entre los docentes. Atribuye a la Administración los problemas en la liquidación de los salarios y se muestra confiado en que los problemas se resuelvan "en un corto periodo de tiempo".
La Miranda, en el ojo del huracán
Las explicaciones de Albó llegan después de otra polémica que salpicó al prestigioso centro educativo ubicado en Sant Just Desvern. En mayo, las familias de los escolares se divieron sobre el servicio prestado por el colegio: mientras algunos criticaron la ausencia de rebaja en las cuotas y la escasa carga educativa, otros respaldaron los métodos de enseñanza de La Miranda durante los meses de reclusión.
Rebeliones similares de padres y madres se vivieron en otras escuelas 'pijas' del área de Barcelona, como el Liceo Francés de Barcelona (LFB), el Agora Sant Cugat International School y la American School of Barcelona (ASB). El paso de las clases presenciales a las digitales provocó conflictos en estas instituciones durante la fase agua de la pandemia.