Mahí, Indra, Kushbu y Tanu son cuatro niñas que, de no ser por esos giros dramáticos del destino, jamás habrían tenido más en común que el color de sus ojos. Sin embargo, esa losa inmensa que supone pertenecer al estrato más bajo de la India y el adulterio de sus padres las llevó a estar unidas por una trágica realidad. Sin comerlo ni beberlo, el VIH que les contagiaron sus progenitores antes de fallecer las condenó para los restos.
Esta sentencia de muerte vital de éstas y 96 pequeñas más es, precisamente, contra la que lucha Atanasio Flores de Haro, un ingeniero malagueño reconvertido en novelista que ha llevado, con la Fundación Cien Vidas, luz y esperanza a Jaipur, la capital del estado de Rajastán, un estado en el que viven casi 69 millones de personas y donde cada año nacen 66.500 niños con VIH.
El fundador de la Fundación Cien Vidas llevaba tiempo con una idea en mente: construir un pequeño hospital o un colegio en algún país que pasara por verdaderas necesidades. Finalmente, se decidió por India.
“Las niñas con VIH son la última mierda de la India”
Tras visitar el país como voluntario y estar en el orfanato que Aashray Care Home, una ONG india, tiene en Jaipur para niños con VIH, la realidad le dejó en shock. Allí, con una cultura de castas, tribus y clases aún arraigada, la vida de las mujeres de los estratos más bajos es una suerte de pendiente muy empinada, una sucesión de obstáculos verdaderamente difíciles de sortear. Si eres niña con VIH y huérfana, “es casi una especie de milagro que llegues a la vida adulta”, admite Flores de Haro. Se propuso, por ello, salvar vidas de niñas indias con VIH, a las que rescata junto a voluntarios de la misma carretera, donde vagan solas y asustadas después de la muerte de sus progenitores y tras ser repudiadas por el resto de sus familiares, que tienen pavor a contagiarse de VIH. “Las niñas con VIH son la última mierda de la India. El gobierno indio tiene una cierta tendencia a esperar que el problema desaparezca solo. Hacen la vista gorda ante este problemón”.
Privados de educación y sanidad
“Conocer en profundidad lo que sucede en India y ver el día a día de estas niñas me hizo sentar las bases del proyecto y fue entonces cuando decidí que construir un orfanato era muchísimo más completo que levantar un hospital o un colegio. Creando un orfanato lograría que estas pequeñas tuviesen casa, recibieran educación y contaran con asistencia sanitaria, algo vital para poder recibir la medicación que frena el desarrollo del VIH. Aparecerían, por fin, en un registro”, señala el responsable de esta fundación española.
El tema del registro no es un tema menor. Según datos de UNICEF, uno de cada cuatro niños menores de 5 años (166 millones en todo el mundo) no está registrado. De estos 166 millones de niños, la mitad vive en sólo cinco países: Etiopía, India, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo. Si no figuras en ningún registro, no existes, por lo que no tienes ningún derecho a educación ni sanidad. Tampoco a la medicación que te puede salvar la vida cuando tienes VIH, claro. Además, dado que administrativamente hablando no existes, tu desaparición o muerte, por tanto, ni consta ni preocupa a las autoridades.
Objetivo: acoger a 100 niñas indias con VIH
Así que, tras estudiar la viabilidad de esta idea solidaria, el proyecto echó a andar en 2018 con un objetivo: “construir un orfanato en la villa de Nevta, muy cerca del que ya tiene Aashray Care Home, que gestiona el orfanato que fui a ver en mi primer viaje como voluntario. Si bien nuestro objetivo final es habilitar un orfanato para 100 niñas, vamos paso por paso y hemos dividido el proyecto en tres grandes bloques: uno de instalaciones comunes y alojamiento para cincuenta niñas; otro sólo de alojamiento para otro medio centenar, y un pabellón sanitario donde un médico y un enfermero voluntarios les proporcionarían la atención necesaria. Esto permitirá a Aashray Care Home, que además es una de las dos organizaciones con las que allí colaboramos, dedicar su actual orfanato sólo a los niños”. No obstante, el Covid-19 y la temida burocracia no lo están poniendo fácil.
“Aunque nuestras dos ONG colaboradoras nos han allanado algo el terreno, la gente no sabe que para poder comprar un terreno o tener algo en propiedad allí, la asociación debe ser india. Por lo que nos tocó crear en India la Fundación Cien Vidas. Es cierto que podríamos haber donado el terreno para que lo gestionara alguna organización del país, que es lo que hacen muchas ONG españolas, pero, lamentablemente, muchas de estas organizaciones se encuentran con que, pasados un par de años, el terreno pasa a otras manos y el fin solidario se esfuma”, aclara Flores de Haro. Salvado este escollo burocrático, esta fundación malagueña ya dispone de un terreno para construir el orfanato y de los planos. De los 80.000 euros que, calculan, costará levantar la obra, ya tienen prácticamente un tercio.
Parón obligado por el Covid-19
Pese a ello, el coronavirus ha impuesto un parón obligatorio. En India, explica este solidario malagueño, “lo llevan realmente mal. Hay mucha gente aislada en vagones de tren, ya no saben dónde meter a tantos enfermos”, lamenta.
Pero como la solidaridad española es imparable y a falta de poder empezar las obras, están centrados en apadrinar niñas. “A diferencia de otras asociaciones, que cifran en 21 euros al mes el coste de apadrinar y mantener a las pequeñas, nosotros sabemos que el coste es de 39 euros mensuales. Sacar a un niño adelante, incluyendo educación, sanidad y alimentación, cuesta eso.
Desde la Fundación Cien Vidas ofrecemos a los padrinos la posibilidad de abonar el 100% de su mantenimiento, o cubrir únicamente una de las partes. Actualmente tenemos apadrinadas a 25 niñas. Para las mujeres, la India es un país en el que es extremadamente difícil salir adelante, más si tienes VIH. Si conseguimos insertar en la sociedad con una buena educación a niñas con VIH, habremos logrado casi dos milagros: que lleguen a la vida adulta y, con su ejemplo, derribar el estigma que las persigue”.
Si quiere contribuir a la construcción de este orfanato en Jaipur, aquí puede hacerlo. https://www.cienvidas.org/colabora-y-apadrina/