Cataluña es la comunidad autónoma donde una mayor proporción de personas menores de 30 años han logrado independizarse, según los datos del Observatorio de Emancipación, que estima que el 22,6% de los jóvenes de entre 16 y 29 vivía emancipado en el segundo semestre de 2019.

No obstante, esta cifra ha experimentado un descenso de casi dos puntos en tan solo un año, ya que 12 meses atrás el porcentaje se situó en el 24%.

Alquileres más caros

Estos datos chocan con el coste de acceso en solitario a la vivienda en alquiler, que para los menores de 30 años que viven en Cataluña superaría el umbral del 100% de su salario, es decir, deberían destinar todo su sueldo al arrendamiento.

Por lo que respecta a aquellos que tienen entre 20 y 24 años, Cataluña es la segunda comunidad con una mayor tasa de emancipación, situada en el 75,2%, solo por detrás de La Rioja, donde el 76,4% de este grupo de edad es independiente. Cataluña supera así la media española para ambos grupos de edad: solo el 18,7% de los jóvenes españoles de entre 16 y 29 años vive sin sus padres, mientras que de aquellos que tienen entre 30 y 34 años lo han conseguido el 69,2%.

¿Por qué Cataluña?

Una de las principales razones por las que las personas jóvenes en Cataluña tienen más probabilidades de abandonar el hogar familiar es su mayor participación en el mercado de trabajo, sea tanto en términos de actividad como de empleo.

Cataluña es la comunidad autónoma con una mayor tasa de actividad juvenil, con casi el 50% de las personas menores de 30 años ocupadas.

Más extranjeros

Cuenta, además, con una menor incidencia de la temporalidad, ya que pese a ser la segunda comunidad con más contratos temporales, solo por detrás de Andalucía, menos del 10% son convenios de menos de tres meses.

También hay que tener en cuenta que Cataluña es una receptora neta de población extranjera (es la segunda región que más inmigrantes recibe, por detrás de Madrid), colectivo que suele registrar unas mayores tasas de emancipación.

Tasa de emancipación entre los 16 y 29 años y los 30 y los 34, por CCAA, en el cuarto trimestre de 2019 / OBSERVATORIO DE EMANCIPACION DEL CONSEJO DE LA JUVENTUD DE ESPAÑA

Independizarse en España

En el conjunto de España, la tasa de emancipación residencial de la población joven menor de 30 años fue, a finales de 2019, del 18,7%. Habría que retroceder hasta el cuarto trimestre de 2001 para encontrar una cifra inferior (18,1%). El porcentaje de personas jóvenes que residen fuera del hogar familiar es, por tanto, el más bajo de los últimos 18 años.

Pero las dificultades para encontrar vivienda no se ciñen únicamente a los grupos de edad más jóvenes, ya que en el cuarto trimestre de 2019, la mayor disminución anual de la emancipación residencial se registró entre la población que tiene entre 30 y 34 años, cuya tasa ha pasado del 71,8% al 69,2% en solo un año.

Población joven y trabajo

Una mirada preliminar a los datos podría indicar que 2019 fue un año positivo laboralmente hablando para la población joven española, ya que la tasa de paro se redujo hasta el 23,8% para este colectivo (entre 2012 y 2013 llegó a superar el 40%). No obstante, cabe destacar que el incremento anual de la tasa de ocupación juvenil (situada en el 41,4% en el cuarto trimestre del año pasado) fue de solo 0,4% puntos porcentuales, el más reducido desde que empezó a recuperarse la tasa de empleo en 2013.

Lo mismo pasa con la tasa de paro, cuya reducción anual fue el año pasado de 1,3 puntos porcentuales, la menos holgada desde 2013. Además, en el cuarto trimestre de 2019 se expandieron las jornadas a tiempo parcial por primera vez desde 2014: si hace un año un 25,7% de los menores de 30 años trabajaba con contratos parciales, a finales del último año lo hacía el 26,9%.

Precariedad

La inserción laboral de los jóvenes españoles sigue produciéndose, pues, en condiciones de fuerte precariedad, lo que provoca que según la tasa AROPE, uno de cada cinco jóvenes que trabajan estén en riesgo de pobreza y exclusión social.

Aunque en el último trimestre de 2019 se mantuvieron las tendencias de aumento del empleo y el descenso paralelo del paro, hay que tener en cuenta que el 46% de las personas menores de 30 años no participa en el mercado laboral y que el 55,4% de los jóvenes que sí lo hace cuenta con contratos temporales.

El lastre de la vivienda

Esto provoca que arrendar o comprar una vivienda suponga, para una persona joven asalariada, destinar el 90,7% y el 60,4% de su sueldo neto, respectivamente.

No obstante, en lo relativo a la compra, se debe tener en cuenta que las opciones de adquisición vienen lastradas por los requisitos previos de solvencia y ahorro que pocas personas jóvenes pueden llegar a satisfacer.