El pasado 1 de junio el cuerpo de Mossos d'Esquadra puso en marcha la operación Tremall para luchar contra los delincuentes multirreincidentes en Barcelona. El balance, entre esa fecha y hoy, es de 360 detenciones, con 34 ingresos en prisión. Durante este periodo se han cometido 1.280 robos con violencia o intimidación --1.031 en la vía pública--, que representan el 4,6% del total de delitos que se denuncian --el 90% son contra el patrimonio, la mayoría hurtos--.
Y, aunque el estado de alarma hizo caer en picado los hurtos, durante la desescalada han repuntado. Eso sí, lejos de los 370 diarios de media en 2019, se reducen a 158. Cifras que, como ha manifestado el comisario Carles Anfruns, siguen siendo "preocupantes". Además, la policía ha localizado 48 casas okupadas por ladrones con múltiples antecedentes, no solo en la capital catalana, sino también en la zona del Maresme.
Auge de los robos con violencia
El objetivo de la policía autonómica es frenar a los cacos que han hecho de los robos su modus vivendi. Ejemplo de ello son los datos que ha detallado el intendente Joan Carles Granja, 159 delincuentes multirreincidentes en Barcelona que suponen el 4% del total, y que han cometido el 11% de los robos con violencia --17 ya han ingresado en prisión--.
Entre ellos, por arrancar por el método del tirón cadenas a ancianos, agarrar por el cuello a la víctima para robarle el teléfono, o propinar un puñetazo en la boca para sustraer un reloj de 30.000 euros a un hombre de 70 años.
154 ladrones con antecedentes
Los objetos sustraídos, tanto por hurto como por robo violento, son teléfonos, relojes de alta gama y artículos de oro. Los lugares donde se cometieron los delitos fueron ante hoteles, en el transporte público, establecimientos comerciales, y en la propia calle. De los 159 ladrones en activo durante los últimos meses, cerca del 90% son hombres y la media de edad es de 26 años. Uno de ellos ha sido arrestado en 25 ocasiones solo desde junio, del total de 30 detenciones "en toda su carrera delictiva" --en palabras de Granja--, otros, 16 o 15 veces tras cometer un delito.
La nueva fórmula que ha implementado el cuerpo persigue reorganizar la región policial de Barcelona, sin modificar su estructura real administrativa, pero sí haciendo que la división de investigación coordine el seguimiento de los multirreincidentes, y garantizar también que los atestados que se remiten a los juzgados sean supervisados por efectivos "con cierta especialización", ha apuntado Afruns.
El objetivo es no dejar ningún cabo suelto para que, cuando lleguen a Fiscalía, esta pueda solicitar una pena acorde con el historial delictivo del arrestado. Más de un centenar de patrullas velan por la seguridad en las calles, y otros 97 agentes realizan el seguimiento de los multirreincidentes identificados hasta localizar sus domicilios para impedir que actúen.
Foco en los multirreincidentes
Granja, al mando de la Divisió d’Investigació Criminal de la Regió Metropolitana de Barcelona, ha subrayado que su principal tarea reside en "saber quiénes son" y trasladar esa información a las patrullas. Una vez se arresta a los delincuentes, ponen el acento en el atestado, y asignan un número de multirreincidentes a cada jefe de investigación.
Muchos de ellos residen fuera de Barcelona, en la zona del Maresme y se desplazan a la capital catalana en transporte público. No con el objetivo de cometer aquí los delitos, ha apuntado Anfruns, sino que actúan cuando "ven una oportunidad". La distancia social impuesta por el virus ha rebajado los hurtos pero incrementan, en cambio, los robos con violencia. Otra deriva que han detectado los Mossos es que, ante la ausencia de turistas, las víctimas de asaltos son ahora personas de edad avanzada, a las que sustraen objetos de oro.