El aplazamiento de Sant Jordi fue un mazazo para los floristas catalanes. Sin embargo, la edición veraniega dio algo de esperanza al sector para intentar sacar cabeza en una temporada marcada por el coronavirus.

El Gremi de Floristes ha calificado como irregular el seguimiento en Cataluña de la celebración en una jornada que no ha alcanzado el millón de rosas vendidas, por lo que ve "dañada la última oportunidad para afrontar la dureza de los próximos meses".

Un Sant jordi a medio gas

En un comunicado este jueves, la asociación ha aseverado que el Sant Jordi de verano "no ha dado bastante oxígeno" a los vendedores. Asimismo, ha asegurado que todas las floristerías han seguido las recomendaciones sanitarias, con un seguimiento mejor en ciudades pequeñas y medianas.

El presidente del Gremi de Floristes, Joan Guillén, ha considerado que, con mejores resultados económicos, las floristerías podrían afrontar mejor los próximos meses. Sin embargo, ha advertido: "La fisonomía de floristerías que tenemos en nuestros barrios y poblaciones quizás en septiembre desaparecerá y echaremos de menos a muchas".