El Gobierno catalán admite su derrota. El virus ha pasado de brotes aislados y ya hay contagio comunitario en Barcelona y su área de influencia. Es por ello que ha decretado nuevas restricciones en la Ciudad Condal y 12 municipios de la primera corona metropolitana, así como en las comarcas leridanas de Noguera y Segrià. La razón de ser de estas medidas es que ya no hay agrupaciones de casos: hay contagio descontrolado del coronavirus.
Ello significa que la Generalitat de Cataluña ha fracasado en su intento de frenar las cadenas de transmisión del virus SARS-CoV-2. Tras aplacar junto al resto del país el envite del patógeno en primavera, con un elevado coste en vidas humanas, el coronavirus ha penetrado de nuevo en Barcelona y hay descontrol en los contagios. Los expertos recuerdan una y otra vez que una reclusión --aunque voluntaria, como la anunciado hoy-- es el epítome del fracaso en la detección y control de los brotes. Es el siguiente peldaño: tratar de cortar el paso al microorganismo cuando ya está descontrolado.
'Pinchazo' del programa de rastreadores
En el caso de las últimas noticias, el Govern incorpora recomendaciones de restricciones de movilidad y prohíbe algunas actividades económicas en Barcelona, varias localidades del entorno y las comarcas de Segrià y Noguera en Lleida. Las medidas significan que, en efecto, los ciudadanos de estas zonas se están contagiando con el virus sin que Salud sea capaz de aislar las cadenas de transmisión y cortarlas.
Ello tiene que ver con el débil programa de rastreo de contactos de infectados, que externalizó Emergencias a Ferroser-Ferrovial. Tal y como avanzó este medio, la estructura de seguimiento está descoordinada con el nivel asistencial de atención primaria y llega tarde en muchos casos. No es efectiva. Por este motivo llegan las nuevas restricciones anunciadas: son un intento de cortar el paso al virus con la reclusión voluntaria de las personas.
Vergés anunció que muscula el sistema
Pedir a cuatro millones de personas que se abstengan de salir de casa salvo por motivos esenciales constata el fracaso del programa de rastreo que opera Ferrovial, pero ello no quiere decir que esta estructura sea inútil. Si se bloquea el brote comunitario de Barcelona, el rastreo con scouts --que siguen los contactos de un positivo y prescriben cuarentenas-- puede volver a ser eficaz. Aún lo puede ser en los regiones catalanas en las que el virus está bajo control.
Precisamente ayer, la consejera catalana de Salud, Alba Vergés, anunció que incorpora 500 personas al programa de seguimiento y control del patógeno. Estos efectivos se sumarán a los cerca de 140 que forman parte del sistema.