Agreden y acorralan a policías en Tarragona. Fue este jueves, sobre las 21.30, cuando efectivos del cuerpo local de Torredembarra dieron el alto a un joven porque no llevaba puesta la mascarilla, de uso obligatorio. Este salió corriendo y lanzó una bolsa de plástico que llevaba en el bolsillo del pantalón.
A partir de ahí comenzó una persecución policial que culminó con la reducción del joven. Pero este se puso agresivo con los efectivos y comenzó a chillar. Hasta la zona, el paseo de Miramar, llegó un grupo formado por 11 chicos más, que acorraló a los agentes para evitar el arresto de su compañero.
Patada a un agente
Cuando intentaban llevárselo en el coche patrulla, uno de ellos propinó una patada a un agente, al que se le cayó la porra. El individuo había participado horas antes en una pelea en la zona de la playa de la Paella. Gracias a la ayuda de sus compañeros, logró escabullirse.
Tras llegar una segunda dotación policial y una vez el arrestado ya estaba dentro del vehículo, este golpeó los vidrios a patadas, hasta que rompió el de la parte posterior. Otro de ellos comenzó a increpar a los agentes y a "mostrarse muy agresivo y provocador" y los tildó de racistas, ya que los jóvenes son de origen marroquí.
Refuerzos de Mossos
Llegado ese punto, los policías pidieron refuerzos a los Mossos d'Esquadra, al temer por su integridad física, ya que el grupo era numeroso, "violento y podían llevar armas", apunta el consistorio de la localidad. Hasta el lugar se desplazaron dos patrullas del cuerpo autonómico así como una dotación de las Áreas Regionales de Recursos Operativos (Arro).
Desde el ayuntamiento señalan que este grupo de jóvenes ya había protagonizado otras alteraciones de orden público. Entre ellas, la pelea en la citada playa. Unas menores de edad advirtieron a la policía de que tenían miedo de pasar por el paseo marítimo porque unos individuos las increpaban.
Quejas de padres
Solo durante esta semana, la policía local ha recibido quejas de padres informando sobre esta situación y el malestar que les causaba que sus hijas vuelvan solas desde al arenal hasta sus domicilios. Cuando una patrulla se desplazó a la zona, encontraron a una veintena de chicos sin mascarillas, que hicieron caso omiso a las advertencias de los agentes.
Más tarde, un vecino alertó a las autoridades de que había visto a uno de los jóvenes saliendo de una vivienda deshabitada y tapiada en la calle Germandat. La policía comprobó que la casa había sido okupada.