Enfermera de 62 años. Pilar ha pasado las últimas semanas atendiendo a pacientes con Covid-19 en un centro de salud de Reus, pero ha tenido que enfrentarse a otro riesgo: el de expulsar a okupas de su vivienda en Vic. A pesar de sus numerosos intentos, todavía no ha conseguido recuperarla.
Ha sido a través de una carta remitida a El Periódico, como la sanitaria ha denunciado su caso. Ella quería vender su casa, había conseguido una plaza fija en el ambulatorio y dejó que una agencia se encargase de enseñar el inmueble a posibles compradores. Hasta ahí todo normal. Pero entonces llegó un okupa, "se sentó en el sofá y dijo que no se iba, que le gustaba".
Indefensa ante el okupa
Su casa había quedado en manos de un allanador. "A la semana dio de alta la fibra óptica y cogió una abogada de oficio". Y es que al recibir la factura puede demostrar que es su vivienda, con el recibo empadronarse y que la ley lo ampare.
En su escrito, Pilar critica que los mismos que han aplaudido durante estos meses la labor de los sanitarios no se levanten contra el sistema de ocupación de viviendas que hace que en 15 minutos dejes de poder disfrutar de tu casa quedándote indefensa.
Años de pleitos
La enfermera lamenta que recuperar su vivienda de forma legal puede suponer años de pleitos y la vía exprés tampoco da satisfacción a los propietarios que ven cómo los grupos o mafias que están detrás de estas acciones han aprendido a sortear las leyes.