Batalla campal de 45 minutos entre okupas en Tarragona. Jóvenes que han tomado por la fuerza viviendas de la zona del llamado Rancho Grande, un bloque abandonado, se enfrentaron con cuchillos, hierros y estacas de madera el lunes. La reyerta acabó con un detenido por resistencia a la autoridad y el despliegue de los antidisturbios en el lugar.
Según ha avanzado Diari de Tarragona, los hechos ocurrieron el lunes en el barrio de El Serrallo, donde se encuentra el bloque en el que viven ilegalmente decenas de jóvenes. Sin que nadie sea capaz de adivinar los motivos, los okupas se enzarzaron entre ellos en plena calle poco antes de las nueve de la noche. Llevaban cuchillos de largas dimensiones, palos de madera y bates de hierro. La trifulca estalló en la esquina de las calles Sant Pere y Sant Andreu de la capital de provincia.
45 minutos de algaradas
En el violento incidente llegaron a participar entre 20 y 25 hombres y mujeres que viven en el Rancho Grande. La pelea multitudinaria se desplazó a la calle Trafalgar, donde se encuentra la zona de terrazas del antiguo barrio marinero de Tarragona.
Vecinos del lugar precisan que se produjeron heridos, con jóvenes sangrando abundamente en diversas partes del cuerpo. Cuando llegaron los Mossos d'Esquadra, la Guardia Urbana y la Policía Portuaria, no obstante, los participantes ya se habían marchado.
Despliegue de los antidisturbios
La fuerza pública, sin embargo, arrestó a un joven de 19 años por resistencia a la autoridad. El detenido, de origen magrebí, presentaba una herida por arma blanca. En paralelo, los funcionarios identificaron a otros cinco jóvenes que, se sospecha, también habrían participado en el encontronazo. Los Mossos desplegaron al Área Regional de Recursos Operativos (Arro), los antidisturbios ligeros.
La reyerta masiva es el enésimo incidente que tiene lugar en el llamado Rancho Grande de Tarragona, un edificio situado en el barrio de El Serrallo de la capital de provincia que tiene casi todos los pisos okupados. Los vecinos de la finca denuncian incivismo e intimidación por parte de los intrusos.