La crisis sanitaria ha desembocado en una crisis social. Uno de cada cuatro hogares atendidos por Cáritas Barcelona no tiene ningún tipo de ingreso, al 41% de las familias les resulta imposible alimentarse de forma equilibrada y el 24% no puede comprar los medicamentos que necesita.
Casi la mitad de las personas que han pedido ayuda a la entidad tampoco pueden afrontar el pago de sus viviendas, y el 14% ya ha recibido "amenazas de expulsión" de su domicilio. En casi siete de cada diez hogares ha empeorado el estado de salud emocional, al registrarse un incremento de la ansiedad o imposibilidad para dormir ante su situación económica, lo que también ha derivado en un aumento de los conflictos familiares.
"Crisis social sin precedentes"
La situación es alarmante, y es que, como advierte Cáritas, "el Covid-19 lleva asociado una crisis social sin precedentes". Una afirmación que deriva de su primer informe sobre el impacto de la pandemia --tras entrevistar a 475 de los hogares atendidos el pasado mayo--, que muestra la elevada destrucción de empleo, lo que ha supuesto una caída de los ingresos del 42% en el caso de empleos con contrato y del 73% de los provenientes de la economía sumergida.
Según la entidad, estos datos ponen de manifiesto "la mayor vulnerabilidad de aquellos que hasta ahora han subsistido con trabajos precarios. La desprotección se agrava porque no pueden acceder a prestaciones por desempleo", advierten. Una posición todavía más delicada en el caso de aquellos que se encuentran en situación administrativa irregular porque no tienen acceso, ni si quiera, "a la última red de protección", como es el ingreso mínimo vital (IMV), ni tampoco a la renta garantizada de ciudadanía (RGC).
Emergencia habitacional
Un problema que se agrava con la emergencia habitacional en Barcelona y los municipios de su entorno. Así, Cáritas recoge que cerca del 43% de los hogares no puede hacer frente a los pagos del alquiler o la hipoteca, lo que dispara el riesgo de ser desahuciados y perder su vivienda.