El alcalde de Premià de Mar, Miguel Ángel Méndez, niega que el ataque a un piso ocupado por jóvenes migrantes en el municipio se deba a motivaciones racistas, sino que se ha ocasionado por su condición de "presuntos delincuentes". Eso sí, ha matizado que el episodio que se produjo la pasada noche es "injustificable".
En declaraciones a Catalunya Ràdio, el primer edil ha rechazado que existan patrullas ciudadanas --como sí se han formado en Mataró-- para frenar la delincuencia, y ha señalado que no le pareció una acción organizada, sino varias personas --era una cincuentena de vecinos-- que "actuaron de forma individual".
Descenso de la delincuencia
Así, Méndez señalado que las cifras de los Mossos d'Esquadra apuntan a un descenso de la delincuencia en el municipio durante los últimos años, y no al contrario, y ha llamado a "no apelar a la violencia con más violencia". Por ello ha pedido tranquilidad a los vecinos, ha avanzado que se incrementarán los efectivos policiales en el municipio y ha lamentado que la multirreincidencia delictiva no esté más castigada en el Código Penal.
El domingo por la noche un grupo de vecinos entró en un piso ocupado por jóvenes migrantes, hiriendo a uno de ellos, tras concentrarse más de 20 personas frente al edificio. Según el primer edil, esta situación se "veía venir" ya que los vecinos habían denunciado repetidamente, sin éxito, "robos e intimidaciones".
Cordón policial
Decenas de ellos accedieron la pasada noche al inmueble para tratar de expulsar a los jóvenes que allí residen, y se enfrentaron a los agentes de los Mossos y la Policía local que acudieron al lugar, y que tuvieron que hacer diversas cargas.
Hasta 20 patrullas de la policía autonómica se desplazaron al lugar, aunque según fuentes policiales no se han efectuado detenciones. Según testigos presenciales varias personas han podido resultar heridas y atendidas in situ por varias las ambulancias.