Los ríos son viajeros por naturaleza. Desde que nacen hasta alcanzar su particular edén, en las saladas aguas de mares y océanos, recorren kilómetros y kilómetros atravesando la tierra que los habita. El Garona nace en la Val d’Arán, en el corazón del Pirineo leridano y desemboca más allá de la ciudad francesa de Burdeos. Con ritmo incesante se va abriendo paso a través de un paisaje maravillosamente orquestado por la naturaleza, brindándonos hermosos parajes a lo largo de todo el recorrido. Cerca de 570 km de longitud de los cuales apenas 47 fluyen por España. Suficientes para desplegar con rotundidad todos sus encantos, en este paraíso aranés del Pirineo Central, antes de abandonar nuestro país y adentrarse en territorio francés camino del Atlántico.
La Val d’Aran. Naturaleza en estado puro
Con una superficie de 620 km, este espléndido valle de la vertiente atlántica guarda infinidad de razones que lo convierten en un enclave excepcional. El 30% de su territorio se encuentra por encima de los 2000 metros ejerciendo de barrera natural. Su compleja orografía y su clima atlántico determinan su variado ecosistema y también su historia.
En este privilegiado lugar nace el Garona, uno de los principales ríos de la Europa Occidental. La polémica planea sobre el verdadero origen de su fuente, ya que se le atribuyen varios lugares: El Pla de Beret a 1870 m de altura, el macizo de La Maladeta y el circo de Saboredo. Sea donde sea el nacimiento de sus aguas, el hecho es que la abrumadora naturaleza que le da la vida lo convierten en un excepcional emplazamiento.
Vielha, la capital de la Val d’Aran, puede ser el punto de partida idóneo para conocer su rico legado cultural peregrinando por cada una de las iglesias románicas que hay en sus poblaciones, como por ejemplo: Salardú, Arties o Unha. También para disfrutar de los maravillosos paisajes del Parque Nacional de Aigües Tortes I Estany de Sant Maurici o de numerosas rutas que nos llevarán a sus lagos de origen glaciar, ríos y cascadas, bosques y cumbres.
Entre los muchos y variados itinerarios, tres transcurren por los paisajes de los pueblos del Garona. Pero, ¿cuál elegir? El Camin Reiau tiene 7,5 km de placentero recorrido sin apenas desnivel entre Aubèrt, Es Bòrdes y Era Bordeta. También se puede elegir el paseo fluvial por pueblos de Castièro. Una ruta de 8 km y un desnivel de 300 m, que comienza y finaliza en Vielha, siguiendo la pista que asciende a la antigua estación de esquí de la Tuca. O se puede apostar por las orillas del Garona, por pueblos del Naut Aran, con 8,4 km de agradable paseo circular entre Gessa, Arties y Garòs.
Pirineos. Alto Garona
Tras abandonar tierras aranesas, el río se adentra en territorio francés a través del departamento del Alto Garona. En una primera etapa las altas cumbres pirenaicas dominan el paisaje, en un escenario en el que hasta 18 cimas alcanzan los 3.000 metros de altitud. Encantadores pueblos y miradores de impacto como el de Superbagnères, le Col de Balès en el municipio de Bourg d’Oueil, o Le Mourtis. Un auténtico imán para los amantes del senderismo y los deportes de montaña.
En estas bellas latitudes se encuentra Saint-Bertrand-de-Comminges, considerado como uno de los pueblos más bellos de Francia. Un conjunto histórico-medieval presidido por la catedral Sainte-Marie, un edificio románico-gótico que, junto a la basílica de Saint Just de Valcabrère, forma parte del patrimonio de la UNESCO.
Un canal entre dos mares
La necesidad de transportar mercancías de forma rápida y segura desde el Mediterráneo hasta el Atlántico llevó a la construcción, durante el siglo XVII, del Canal del Midi. Pierre-Paul Riquet fue el artífice de la titánica obra. 240 km, 130 puentes y 63 esclusas que a día de hoy componen un cautivador reclamo vacacional y patrimonio de la UNESCO.
Una parte de esta vía fluvial discurre por el este del Alto Garona en la región de Lauragais. Pintorescos pueblos, altivos castillos o bulliciosos mercados como el de Revel nos aguardan mientras recorremos esta placentera vía fluvial en barco, caminando o en bicicleta bajo árboles y paisajes de ensueño.
Toulouse, la ville “en rose”
El Canal del Midi tiene su origen en Toulouse, conocida como la “ciudad rosa” por la tonalidad de sus fachadas. La capital del Alto Garona es una vibrante urbe con una nutrida oferta lúdica, gastronómica y cultural.
Su centro neurálgico es la plaza del Capitolio con su colorido soportal, donde se encuentran entre otros bellos edificios: la sede del ayuntamiento y el teatro. Además bellas mansiones y palacios como el de Bernuy, el de Pierre, Clary o el de Assézat (actual sede de la Fundación Bemberg) son un hermoso testimonio de su fastuoso pasado gracias al comercio del pastel (un codiciado tinte de origen vegetal de color azul) durante el Renacimiento.
Pasado y futuro conviven a la perfección en esta ciudad a orillas del Garona. Toulouse presume de su historia y de complicidad con el futuro. La Halle de la Machine con sus gigantescas y formidables máquinas que dan vida a criaturas mitológicas como el minotauro o enormes arañas. En el museo aeronáutico de Aeroscopia y en L’Envol des Pionniers disfrutarán de la historia de la aviación y en la Ciudad del Espacio se adentrarán en los misterios del Universo como auténticos astronautas.
El río Garona continuará su recorrido hacia el Atlántico atravesando muchas otras poblaciones como Agen o Burdeos, en la que se encontrará con el río Dordoña y ambos formarán el estuario de la Gironda para desembocar en el océano.