La incertidumbre provocada por el SARS-CoV-2 ha disparado el negocio de las piscinas. Según indican empresas del sector, la demanda se ha triplicado en los últimos dos meses. Los españoles prefieren optar por un entorno privado tras conocer que el acceso a las playas y piscinas públicas se verá limitado por el coronavirus, y a fin también de evitar riesgos de contagio.
Según la plataforma Habitissimo, el interés por las piscinas prefabricadas se ha disparado el 350% interanual. En el caso de las piscinas desmontables, la demanda sigue el mismo camino: según datos de Leroy Merlin, ha aumentado el 350% este mayo en relación con el anterior. “Hay mucha gente con prisa, pero instalar una piscina puede llevar hasta tres meses”, explica Yoel Sánchez, de la empresa Technical Twater, quien sostiene que muchos destinarán sus ahorros para estas vacaciones en una instalación de este tipo.
Mayo histórico
El director de mercado de jardín de Leroy Merlin, Álvaro Sánchez, argumenta que este interés extraordinario por las piscinas lo motiva el hecho de que la mayoría de la población ha asumido que buena parte de las vacaciones de 2020 las pasará en casa.
En la misma línea se expresa Jesús Rodríguez, de Piscinia, que opera en todo el país: “Normalmente, en el mes de mayo, las solicitudes para piscinas eran unas 1.000 mensuales, y este año han sido semanales”. “Las personas ahora se deciden en cinco o quince días, cuando normalmente se lo pensaban un mes”, añade.
Desconocimiento del mercado
Sánchez, que actúa en Tarragona, señala que el fenómeno en esa provincia es similar al resto de la geografía nacional: “La demanda es alta. Los que comenzaron en abril pueden que ya la tengan lista, pero muchos pedían una piscina para el momento”, explica, aunque también lamenta que haya gente que no respete los pasos legales necesarios para realizar la reforma.
El rasgo común entre todos los interesados, detalla Rodríguez, es que desconocen el precio de la instalación o el tiempo necesario. “Todos la quieren para ya, además muchos buscan presupuestos de 2.000 a 3.000 euros cuando lo normal en la construcción de piscinas [prefabricadas] son 10.000”, explica. “Muchas personas tienen prisa. Más de una vez nos han encargado montar la piscina y luego han solicitado los permisos; eso no se puede hacer”, añade Sánchez.
Aumento del 200% al 350%
Desde Piscinia apuntan que el aumento en la demanda de estos productos se da en casi todas las zonas del país. “Los números son los mismos en costa y en interior. En Asturias, por ejemplo, la actividad ha aumentado un 200%”, explica Rodríguez.
Por otra parte, solo en Leroy Merlin, las ventas de piscinas desmontables han aumentado un 350% respecto a mayo de 2019. “Son bastante asequibles, ya que van desde algo menos de 100 euros hasta 1.000 euros”, detalla su responsable. “Se montan de una manera muy sencilla, dos personas lo pueden llegar a hacer y el mantenimiento no es muy complicado”, explica a este medio.
Más intimidad y control
“La ventaja que ven muchos clientes, además de la intimidad, es el control del entorno y la seguridad que les da una piscina privada en relación a la salud de los bañistas”, destaca Sánchez.
Con la entrada en la fase 2 de la desescalada el pasado lunes en varias zonas del país, se permite el acceso generalizado a las playas. Sin embargo, en la mayoría de ellas se limitará el aforo y se controlará el acceso.