El Govern prevé que la campaña forestal de este año será "complicada" debido a las altas temperaturas y la sequedad extrema. Los informes de la Generalitat pronostican que la península se convertirá en un punto caliente de incendios este verano.
Durante una intervención en el Parlament, el conseller de Interior, Miquel Buch, ha presentado el mes de enero como el más húmedo de todos los registrados pero ha avisado de que febrero ha sido el más seco de los últimos 15 años. En todo caso, el conseller ha advertido de que existe una “falsa sensación de que ha llovido mucho” durante estos meses y ha pedido no bajar la guardia.
Sant Joan
La Generalitat trabaja con dos posibles escenarios para los próximos meses. Por un lado, una campaña de incendios durante la recogida de cereales, en torno a Sant Joan, seguida de fuegos forestales a finales de julio.
El otro escenario augura tormentas que reduzcan el peligro de la campaña de cereales, pero el riesgo seguiría en los meses posteriores.
Cambio climático
Buch ha subrayado de que el cambio climático y la desestacionalización son las amenazas principales asociadas a los incendios forestales. Y en esta temporada estival generarán sequedad extrema y altas temperaturas.
En este contexto, ha recordado la catástrofe del año pasado en la Ribera de l’Ebre y ha destacado la importancia de extremar las precauciones. “Este tipo de incendios son de sexta generación. Debido al cambio climático, son fuegos que se hacen cada vez más intensos, rápidos e incontrolables”, ha explicado el conseller.
6.500 hectáreas quemadas en 2019
En 2019, los fuegos arrasaron 6.459 hectáreas en Cataluña, de las que 6.000 corresponden al anteriormente citado, que se inició en la Torre de l’Espanyol el 26 de junio.
Además, de los 233 incendios forestales registrados el año pasado, el 70% fueron ocasionados por causas humanas.