La pandemia de coronavirus no solo ha expuesto a los gobiernos que han manejado la alerta sanitaria, sino también a los medios de comunicación. A lo largo de estas semanas se ha observado incluso la desafección de una parte de los ciudadanos hacia la prensa de sus países en un momento en el que la necesidad de disponer de contenido veraz se ha convertido en un requisito esencial. Sin embargo, la situación también ha dado cancha a la aparición de bulos. Curiosamente, son las democracias liberales, donde la libertad de prensa está reconocida y garantizada, donde la desconfianza es mayor.
En España, el 50% de la ciudadanía afirma confiar en el contenido que ofrecen los medios de comunicación relacionado con la crisis del coronavirus. Es decir, la mitad del país no se fía de la información que se le suministra, según una encuesta realizada por el portal de datos YouGov entre el 5 y el 13 de mayo. Uno de los factores, a raíz de la fecha, puede hallarse en la riña política para prolongar el estado de alarma y las críticas de una parte de la prensa en este sentido.
Caída de la confianza
Sin embargo, si nos ceñimos en la aprobación del resto de democracias liberales a sus medios, España solo quedaría por escaso margen por debajo de Alemania (54%), o de Australia (55%). Por contra, países con una libertad de prensa consolidada en lo legal resultarían con bajos índices de confianza. Es el caso de Estados Unidos, donde solo el 42% de la población considera veraces y creíbles los contenidos de los que se informa en el país. Más bajos son los índices de Italia (38%), Reino Unido (31%) o Francia (26%).
Lo más curioso es que son aquellos países donde la libertad de prensa está en entredicho, o ni siquiera existe, donde la confianza en las informaciones --propaganda en muchos casos-- goza de niveles más altos. Así, la lista de YouGov aparece copada por Vietnam, donde el 89% de la ciudadanía asegura creer lo que los medios cuentan. Le siguen otros como India (67%) y China (62%).
Precisamente Reporteros Sin Fronteras (RSF) denunció de forma reciente el caso chino, “donde la represión del periodismo permitió que la epidemia se propagara, primero en Wuhan y, después, por el resto del mundo”. La organización elevó ante la ONU una denuncia el pasado abril por las violaciones de la libertad de expresión acometidas en varios países durante la pandemia y asegura que esas actitudes “ponen en peligro la salud de las personas, tanto en su territorio como en el resto del mundo”.
Proliferación de las 'fake news'
La desconfianza en los medios de comunicación se produce en un momento en el que las noticias falsas —fake news— han logrado una difusión más rápida que las verdaderas, lo que puede provocar la contrariedad y el recelo de la ciudadanía. “La llegada de internet, y sobre todo de las redes sociales, han propiciado la viralización rutinaria de este tipo de noticias y se ve gravemente agraviada por la acción de los bots”, resume el estudio Fake News: Cómo afectan a las crisis de comunicación de grandes corporaciones, realizado por OBS Busines School.
Sin embargo, el estudio plantea que las noticias falsas no resultan tanto la causa de la pérdida de credibilidad en los medios, sino como la crisis de confianza en las instituciones sociales. También depende la temática que se trate, puesto que las noticias de calado político solo generan confianza en el 33% de la audiencia en España, frente al 70% de lo que ocurre en Canadá o Alemania.