El Agora International School es una máquina de hacer dinero. El colegio de élite de Sant Cugat del Vallès (Barcelona) que rechaza rebajas en las tasas de escolarización a las familias pese a la reclusión forzosa por el estado de alarma aumentó su beneficio un 52% en el último ejercicio disponible. El campus global, donde estudian 3.505 alumnos, arrojó un excedente neto de 2,6 millones de euros, y vio también crecer su facturación un 8% hasta los 14,6 millones de euros.
Estas son las cifras a las que ha podido acceder este medio para el año 2018, el último depositado en el Registro Mercantil. Los libros de Agora International School, que mantiene un conflicto abierto con las familias al rechazar reducciones en las cuotas pese a la evidente caída de la cantidad lectiva, arrojan otra conclusión: el colegio es un hub financiero para el resto del grupo Globeducate, nueva denominación comercial de Nace Schools.
"Agora negocia con el miedo"
A este respecto, cabe reseñar otro elemento financiero relevante. En una contestación a los padres y madres en conflicto por el pago de cuotas durante el encierro, Agora International School, uno de los mejores colegios de España según el ránking que elabora El Español, alertaba de que los pagos mensuales "son el único ingreso entre mayo y septiembre". Ello es así, solo en parte. La dirección de Agora, que pilota Vicenç Gandol mantiene préstamos a bajo interés (Euríbor+1,25%) con otros colegios del grupo Globeducate por valor de 14,2 millones de euros. En otras palabras: el prestigioso centro educativo actúa de banco amable para financiar la expansión de otras escuelas de la compañía.
Todo ello son argumentos de peso para las familias para reclamar una reducción de la escolaridad mientras dura la reclusión por el estado de alarma contra la pandemia del SARS-CoV-2. En un comunicado, los padres y madres han lamentado que el colego "negocie" con el miedo y amague con expulsiones de los alumnos cuyos progenitores no estén al corriente de las cuotas del año en curso.
El conflicto estalla en todo el grupo
Los denunciantes, unas 350 familias que representan a cerca de 540 alumnos, piden "una tarifa acorde a los servicios prestados", ya que la tarifa de escolaridad, de entre 315 euros y 905 euros dependiendo del curso, incluye servicios que Agora no presta. ¿Cuáles? "Piscina, idiomas, instrumentos, excursiones y colonias", enumeran los padres y madres. El pago de la cuota íntegra en Sant Cugat olvidaría también que el centro ha acometido despidos temporales (ERTE), lo que se traduce en una "pérdida de calidad de la enseñanza", según la misma fuente. Tampoco menor es el hecho de que el conflicto en Agora International School se está extendiendo a otros centros de Globeducate. Las familias citan una situación similar en Agora Portals, en Calvià (Mallorca), una institución que también insistiría en mantener las tarifas pese al confinamiento y la reducción del contenido docente que se transmite a los alumnos.
Si ello es así, supondrá una nueva vuelta de tuerca en un nuevo fenómeno que nace en España: contestación familiar en la escolarización que cobran los colegios de nivel pese a que el curso o ha terminado o se ha reducido a la mínima expresión, pese a los intentos de continuarlo online. Además de Agora Sant Cugat, la revuelta de familias ya ha prendido en el cuasicentenario Liceo Francés de Barcelona (LFB), que ha visto incluso llamadas a devolver los recibos bancarios por parte de la todopoderosa Asociación de Padres (APE). También en Madrid, el colegio galo ligado a la Agencia de Enseñanza Francesa en el Exterior (AEFE) se enfrenta a una rebelión similar.