El Liceo Francés de Barcelona (LFB) rompe su silencio. El prestigioso colegio de élite ha hablado finalmente hoy de la dura pugna que mantiene con un creciente grupo de padres de alumnos, que reclaman descuentos en las cuotas de escolarización por la caída en picado de la actividad lectiva debido a la reclusión por el estado de alarma. Las familias ya tienen su respuesta: un no.
La negativa la ha verbalizado el propio director o proviseur del Liceo Francés, Dominique Duthel, en un inédito vídeo en el que comparece junto al director financiero de la institución. Ambos aseguran que la escuela "no puede tomar decisiones en cuanto a precios o descuentos" al ser un centro gestionado directamente por la Agencia de Enseñanza Francesa en el Exterior (AEFE). Además de esta supuesta falta de autonomía financiera, los dos cargos citan dificultades económicas para negarse a conceder descuentos o rebajas en la escolarización.
"Tenemos un estatus diferente"
Duthel recuerda que el estado francés "costea un tercio" de las matrículas de cada alumno, independientemente de su nacionalidad. Ello hace al LFB diferente de otros colegios franceses homologados por la AEFE, como el Ferdinand de Lesseps de Barcelona, que sí han implementado rebajas "Tenemos un estatus distinto", argumenta el proviseur. El director del campus subraya que la institución que comanda ha activado el llamado fondo de solidaridad para "no perder ningún alumnos" por la situación financiera de las familias.
Sin embargo, la escuela a la que acudieron los hijos de, por ejemplo, la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, los Puig o los Palatchi, no puede ir más allá: descarta condonar parte de las cuotas fijas. Asegura la dirección del LFB que no puede hacerlo porque está "tratando de ahorrar todo lo posible". Ello incluye el planteamiento de despidos temporales con un ERTE, retraso de inversiones; recorte en mantenimiento y seguridad y renegociación de contratos.
Jarro de agua fría
La negativa del Liceo Francés de Barcelona (LFB), una institución con más de 3.000 alumnos en dos campus en Sarrià-Sant Gervasi, representa un mazazo a la voluntad de diálogo de padres y madres, que pidieron negociar las cuotas del tercer trimestre --entorno a los 1.700 y 2.000 euros-- por la caída de la actividad lectiva y la nueva situación económica de muchos hogares, afectados por el parón económico. La potente Asociación de Padres (APE) llamó incluso a impagar los recibos hasta que se establezca una negociación con la gerencia.
Algo similar ocurre en Madrid, donde el histórico LFM se niega a condonar las frais de scolarisation a sus 3.500 alumnos. El colegio que pivota en torno al campus de Conde de Orgaz en Hortaleza rechaza descuentos y ha puesto condiciones draconianas para acceder al fondo de solidaridad. Entre otros, la gerencia del Liceo Francés capitalino exige saber si las familias monoparentales viven en concubinato y pide certificados financieros que acrediten los ingresos de los últimos seis meses.