Tras la calma, llega la tormenta. Hace un par de semanas, las prisiones catalanas vivieron momentos de auténtica tensión con repetidos intentos de motines que, por suerte, no llegaron a más. Las medidas aplicadas en los centros penitenciarios por el riesgo al contagio por el coronavirus no gustaron a los reclusos. Es más, no se les informó debidamente, tal y como reclaman los funcionarios de prisiones. Una situación de desamparo que se unió a la falta de material de protección y a la alteración de la vida en las prisiones de Cataluña.
Los rumores que corrían por las celdas alteraron el estado de los funcionarios, desamparados por la administración. Ante la falta de medios, recursos y la desinformación, tanto presos como trabajadores vivieron momentos incómodos que se paliaron con las primeras respuestas administrativas. Pero el clima se ha vuelto a alterar esta mañana en el módulo 2 de la penitenciaría de Brians 1.
Nueva acción coordinada entre reclusos
Alrededor de las 9.30 de la mañana de este jueves, cuando Brians 1 despertaba, los funcionarios de prisiones han seguido el protocolo de apertura de puertas para sacar a los presos de sus respectivas celdas. En ese momento, en una ala del módulo 2 del centro --en el que hay recluidos un centenar de internos--, se ha iniciado un alboroto.
Una gran cantidad de presos se han levantado para empezar a aporrear sus puertas, insultar a los funcionarios e incentivar a los demás a que quemaran sus colchones y agredir a los trabajadores. Algo que han logrado cuando los funcionarios han tratado de aislar a algunos de los revoltosos. Una situación de auténtico caos que ha obligado a Brians 1 a activar un código cuatro.
El susto más grande de los últimos intentos
La activación del código no es nada simbólica. Esta alerta se da únicamente cuando se da la existencia de un motín en toda regla o una insubordinación muy grave. En ese momento, más de veinte funcionarios han acudido al departamento para controlar la situación y lograr esposar a los más agresivos, que la han tomado directamente con los trabajadores de la penitenciaría.
Han acudido a la llamada los trabajadores de todo Brians 1, dejando medio vacíos los demás módulos, dada la falta de personal en las prisiones catalanas, el elevado volumen de concentración de presos y la peligrosidad de la escena vivida. Por suerte, el tumulto se ha iniciado antes de que se terminaran de abrir todas las celdas de internos y los trabajadores han logrado controlar la situación.